Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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Hoseok buscaba ropa para visitar a Jin y conocer a Lunita, en plena temporada invernal, ya podía sentirse el frío quemar la piel.
En la puerta de su armario, colgaba la corbata de Yoongi, prenda que había tomado prestada para poder olerla en sus noches de soledad. La miró con nostalgia, pasando delicadamente sus dedos sobre la tela, pensando en que ya era tiempo de devolverla, antes de que alguien la descubriera.
Se abrigó perfectamente y luego bajó, pues su par de amigos ya lo esperaban en el auto de Taehyung.
—Llevamos muchos obsequios para Lunita —comentó el pelinaranja, observando el asiento trasero las cajas y bolsas con las compras para la pequeña.
—Y ni así terminaré de compensar todos los obsequios que Jin me ha dado —dijo Hoseok, sentándose junto a la pila de regalos, en tanto abrochaba su cinturón.
Poniéndose en marcha, condujeron hasta el lujoso hospital , con los nervios a flor de piel, ya que Hoseok temía encontrarse con Yoongi y su esposo, pero Jin le aseguró que él no se aparecería por ahí, dijo que le había advertido que tendría visitas importantes.
—Es tan pequeñita... —Comentó Hoseok, sosteniendo a Hyori en sus brazos.
Jin les dio una cálida bienvenida a su habitación de recuperación, estaba muy feliz y emocionado de presentarles a su pequeña cachorrita.
Lunita parecía estar en un cómodo sueño, aunque estuviera en brazos de su tío Hoseok, como Jin lo llamaba.
—Todo malestar y dolor ha valido la pena, tener a mi bebé fue lo mejor que pudo pasar en la vida —respondió al borde de las lágrimas, lágrimas de felicidad.
—Sé que sentiré lo mismo cuando tenga a mi Solecito en mis brazos —suspiró el asistente, observando de cerca los rasgos de la bebé, sabiendo que las fotografías no hacían justicia a lo bonita que era, y la gran similitud con los Min.
Hoseok le entregó a la pequeña a Jimin, quien la tomó con miedo de lastimarla. Aunque la bebé parecía grande, no pesaba mucho y lucía tan frágil ante sus ojos.
Taehyung quien estaba sentado junto a su novio, miró enternecido a Lunita en los brazos de su prometido, imaginando en silencio que quizás en un futuro próximo, Jimin podría estar sosteniendo a un cachorro de los dos.
Besó la sien del pelinaranja, sonriendo cuando fue su turno para tomarla, Taehyung parecía ser él más emocionado de ver a la pequeña, adoraba a los niños.
—¿Dolió mucho? —preguntó de pronto Hoseok, queriendo llenarse de información de la propia experiencia de su amigo, para saber exactamente lo que le esperaba.
—Oh, no, Hoseokie —negó y rió bajo por la curiosidad del omega—. No voy a sugestionarte, será mejor que esperes a tu momento.
—Vamos, Jinnie, solo quiero darme una idea —insistió, necesitando saber si todo lo que había estado leyendo en internet era cierto.
