Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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(1-2)
El sonido de marcación se detuvo cuando la llamada fue contestada.
—¡Osito! ¡Qué sorpresa! —casi gritó Jiuk por la bocina, haciéndole doler el oído al alfa.
—Jiuk, ¿qué estabas haciendo? —preguntó con calma, mirando su atuendo a través del espejo del tocador de su baño privado.
—Nada en particular, osito. Cambié todas las cortinas de nuestro departamento. ¿Ya vienes a casa?
—Mmm... No, de hecho por esa razón te llamé —respondió comenzando a sentirse nervioso—. Yo, bueno, me surgió un compromiso y debo atenderlo.
—Ah, ¿y qué tipo de compromiso? —el tono de voz de Jiuk cambió de inmediato, a uno mucho más serio.
—Con- con los abogados, ¿recuerdas al tipo que nos demandó? —escuchó el sonido de afirmación de su esposo y luego continuó—. Bien, su perro está enfermo y volvió a demandarnos, así que debo arreglar ese problema.
Jiuk lo conocía bastante bien, había sido su mejor amigo durante tanto tiempo que sabía cuándo el alfa mentía.
—Namjoon tiene un compromiso con Jin, así que iré con mi asistente.
—De acuerdo —respondió con algo de tristeza—. Nos vemos más tarde, osito. Te amo.
Yoongi se sintió incómodo ante aquellas palabras que habían salido de su boca tantas veces, pero ahora se sentía diferente. Desde hace varios meses que ya no le nacía responder de la misma manera.
—Oh, diablos, se me está haciendo tarde, Jiuk. Te veo en la noche —cortó la llamada y se aplicó un poco de neutralizador y encima su loción amaderada con toques cítricos.
"Yoongi, ¿qué está sucediendo? Jungkook vino muy molesto a mi oficina diciendo que estabas con alguien en tu oficina".
Recordó la plática con Jin que había tenido después de la reunión.
"No estaba, con nadie. Carajo... ¿Acaso no puedo tener algo de privacidad? ¿En qué momento Jungkook se convirtió en mi madre?"
—Lo siento, Jin, pero es muy pronto para decirte que encontré a mi omega... Así como nuestra madre pudo encontrar a su destinada, yo igual pude hacerlo —se decía a sí mismo peinando su flequillo acomodándolo de cierta manera que su frente quedara un poco descubierta—. Será una lastima si tú o Jungkook no lo aceptan, no me importa la opinión de nadie, merezco ser feliz.
Apagó la luz y luego salió del baño, que quedaba justo del lado izquierdo al fondo de la oficina, atravesó la pequeña sala de estar y luego permaneció en medio de la oficina cerca del escritorio acomodando su reloj de pulsera.
