Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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—¿Besarte por última vez? —repitió el omega en un balbuceo.
El alfa abrió los ojos, encontrándose con los de Hoseok, su asistente estaba sentado al borde de la cama, mirándolo confundido.
La borrachera aún estaba presente, pero eso no impidió que tuviera muy en cuenta el reciente trato que había hecho con Daehyun.
Se tomó un momento para contemplar los ojos de Hoseok que parecían brillar como un par de estrellas; eran hermosos, hipnotizantes. Desafortunadamente brillaban a causa de las lágrimas que comenzaron a acumularse en su interior.
Su mirada bajó hacia aquel lunar que había provocado un desastre en su corazón, primero lo creyó amar en Jiwoo, y ahora, lo adoraba en su verdadero omega destinado.
[—¿Qué tanto me miras, Gigi? —preguntó Jiwoo, del otro lado del mostrador donde atendía a los clientes.
Yoongi no se había dado cuenta de su posición: recargando la mejilla sobre la palma de su mano, y sobre el mismo mostrador, observando detalladamente a la omega en tanto ella trabajaba.
Y es que parecía que ella lo tenía todo, todo lo que su lobo pensaba le pertenecía.
Jiwoo era realmente hermosa: su sonrisa, sus ojos, su cabello largo y ondulado. Todos los detalles físicos y emocionales que habían cautivado el corazón del alfa.
—Ese labial te queda de maravilla... Lastima que cubra ese lunar tuyo —respondió.
Un pequeño lunar al borde de su labio superior.
—No soy la única en tenerlo —se encogió de hombros—, supongo que existen millones de personas con el mismo.
—Puede ser, pero a mí solo me gusta el tuyo.
Jiwoo se acercó frente a él, con el mueble entre los dos pero sin intervenir en el beso fugaz que ella dejó sobre sus labios.
—¿Me quieres, Yoongi? —lo miró fijamente y con una sutil sonrisa nerviosa.
El alfa estiró su mano para colocar un mechón que caía al costado de su ojo, detrás de su oreja.
—Más que eso, nena... Creo que te amo.]
—Hoseok... Hay algo que yo quiero contarte...
Quiso hablar y delatarse, quiso que Hoseok se enterara lo que había sucedido con Jiwoo y lo terrible que se sentía por no recordar absolutamente nada de lo que había ocurrido después de morder a su hermana.
Pero Hoseok lo calló con un beso; no podía esperar ni un segundo más sin sentir su alma nuevamente unida con la de él.
Lo besó suavemente y en silencio, como si de un secreto se tratara. Acariciando delicadamente los labios de su alfa, sin soltarlos ni un solo segundo.
