Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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Un año después
El pequeño Jeongin caminaba al rededor de la mesita de centro, jalando de una cuerda, uno de sus autitos.
El pálido acomodaba el reloj en su muñeca y arreglaba su corbata.
—¿Papi? —balbuceó Solecito, apuntando hacia las escaleras.
—Exacto, cachorro, me pregunto dónde está papi. Nos hizo levantar a las siete de la mañana para que no se nos hiciera tarde, y él es que se tarda una eternidad maquillándose —respondió a su hijo, tomando asiento cerca de él, en la sala de estar—. ¡Hoba! ¿Ya? —Gritó, esperando una respuesta de su omega.
En tanto Hoseok estaba frente a un pequeño altar que había montado en un espacio en su habitación, en honor a su hermana. Observando la fotografía de Jiwoo, y sosteniendo aquél documento tan importante entre sus manos.
Y es que, días atrás, tuvo que visitar a su médico, había tenido varios síntomas que lo alarmaron, pero el médico solo había confirmado sus sospechas.
—Todo ha salido muy bien, Jiwoo, excelente diría yo —le decía a la fotografía de su hermana—. Yoongi es muy bueno conmigo, jamás me grita ni se enoja por nada, excepto cuando le dan ataques de celos, pero sabe controlarse —rió—. Hoy voy a darle la nueva noticia, a decir verdad, no sé cómo vaya a tomarlo. Nosotros hemos estado previniéndolo, pero creo que tuvimos uno, bueno, dos descuidos que ahora crecen en mi vientre.
Miró la ecografía que sostenía, observando a sus dos pequeños cachorritos formarse dentro de él.
—Deséame suerte y te contaré más tarde lo que sucedió, ahora debo irme porque se nos hace tarde. ¡Nos vemos, hermanita!
El omega bajó de prisa, tomando su bolso y la maleta del bebé. —Listo, amores, vamos ya.
—Hoba, ¿qué tanto hacías, amor? —el alfa se acercó a él y lo abrazó por la cintura, olfateando su cuello—. Insisto que tu aroma es diferente, Hoseok, ¿Pastel? ¿Usas un nuevo perfume? —cuestionó confundido, tratando de adivinar el aroma.
—Sí, amor —rió bajó a causa de las cosquillas que su alfa le hacía—. Es un aroma muy delicioso pero es temporal, así que no te acostumbres —besó sus labios y luego estiró la mano hacia el bebé—. Vamos, Solecito.
Jeongin caminó hacia su papá y este lo cargó en sus brazos, para dirigirse al día importante de Jimin y Taehyung.
Sus amigos se casaron, teniendo una hermosa ceremonia en un jardín, en un salón de eventos que habían rentado.
Todos sus amigos más cercanos estuvieron ahí, compartiendo con el omega y el beta, su día lleno de felicidad.
Prepararon un gran banquete en agradecimiento, conviviendo con todos.
Jimin tomó a Hoseok del brazo y lo llevó con él hacia un rincón apartado, solo deseaba un momento privado con su mejor amigo.
—¡Muchas felicidades, Minie! —lo abrazó, teniendo cuidado de su elegante traje blanco—. Todo ha estado muy lindo.
