Hoseok había creído desde siempre que el amor era una porquería, un sentimiento que no hacía más que crear conflictos y herir corazones. Pero cambió de parecer cuando conoció a Yoongi, descubriendo que el amor no era todo lo que había creído. Desafo...
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—¡Por favor, Hoba, perdóname! Soy un idiota, ya lo sé, por favor perdóname, ¡cásate conmigo! —suplicaba el alfa de rodillas, abrazándose a las piernas de su omega.
Y es que luego de ver la firme desición de Hoseok, antes de salir de la cocina, se llenó de pánico al comprender su grave error.
No podía perder a su omega destinado, luego de haber luchado tanto por su amor, luego de haber construido juntos una hermosa familia. Había esperado impaciente todos esos años para ser esposos que no podía simplemente perder la oportunidad por su equivocacion.
Corrió detrás de él y cargó su cuerpo sobre su hombro, solo para capturarlo y llevarlo a la privacidad de su habitación.
Por supuesto que Hoseok intentó detenerlo, intentó bajarse, porque estaba furioso y dolido por el comportamiento de su alfa.
—Ya está decidido, Yoongi. Déjame en paz —decía serio, evitando mirarle.
—¡No, no, mi amor! —continuaba en medio de lágrimas, aferrándose a él—. Por favor perdóname, sé que hice mal en ponerme así, pero es que, eres mi omega... Temí perderte...
—¡Es qué siempre desconfías de mí! ¿Recuerdas al primer niñero de los cachorros? ¡Lo echaste! Solo por tus tontas inseguridades —respondió, tratando de soltar su agarre—. No soy un omega fácil, Yoon. Y me duele que todo el amor que te he demostrado no sea suficiente para que confíes en mí.
El alfa se levantó y lo tomó de las mejillas, acercándolo a sus labios pero sin besarlo. —Hoseok, mi amor... No me dejes, cásate conmigo... Yo no podría estar alejado de ti, ni de nuestros cachorritos. ¡Por favor, amor, perdóname! Te prometo que trabajaré en mis estúpidos celos, pero por favor, sé mi esposo, cásate conmigo.
Hoseok evitó su mirada, porque no podía resistirse más a sus súplicas. Quizás su alfa había aprendido la lección, el omega también ansiaba casarse con él, ser su esposo, pero tenía miedo que Yoongi continuara comportándose así.
—Debiste haber trabajado en eso todo esté tiempo, no justo ahora que íbamos a casarnos. Yo siempre confío en ti, cuando vas a la oficina o a las cenas de negocios. Jamás te he hecho una escena de reclamos absurdos, porque confío en ti, en mi alfa...
—Hoba... —sollozó sobre sus labios, uniéndolos apenas en una caricia.
—¿Esto va a seguir igual después del matrimonio? ¿Tú comportamiento irá de mal en peor cuando yo tenga que salir?
—No, no, amor... Está claro que soy un idiota, pero este idiota solo tiene miedo, me llena de pánico pensar que tú puedas encontrar a alguien mejor que yo... Porque definitivamente mereces a alguien mejor de lo que yo soy —confesó honestamente, sin victimizarse y sin chantajearlo.
A Hoseok le dolió escucharlo hablar de esa manera, porque tener a Yoongi solo para él, era lo único que anhelaba en el mundo.
—Yoon... No digas eso... —pidió, con la voz entrecortada, llevando sus manos a sus mejillas también—. Tú eres todo lo que quiero, todo lo que mi lobo y mi corazón necesitan para complementarse...
