Paz

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Desperté al sentir aquella caricia en mi cabeza suavemente, sabía de quien se trataba, era la única que tenía permitido el acceso a mi habitación así que me sentía tranquila ante ello, no era alguien que me iba a hacer daño. Además de ello aunque sea difícil de creer, enserio podía distinguir su tacto, era diferente y lo digo porque los de mis padres son similares, pero el de ella es único y más relajante, eso es extraño, pero me gusta cuando lo hace.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto media dormida sin abrir mis ojos, se sentían pesados.

No hubo respuesta así que puse todo mi esfuerzo en abrir mis ojos y ahí estaba ella frente a , su rostro cerca pero a la vez tan lejos, estaba sentada en el suelo para estar prácticamente a mi altura. Pero lo que me preocupó y llamó la atención fueron sus ojos, ella estaba llorando o al menos trataba de no hacerlo, estaba aguantando, me dolió verla de esa manera.

Inconscientemente llevo mi mano a su rostro y lo siento mojado, ya habían pasado por ahí algunas lágrimas.

- No llores ¿si? ¿sabías que soy sensible? Estoy aguantando para no parecer un bebé llorón.

Unas lágrimas caen sin decir nada y agacha la cabeza avergonzada, incluso se cubre el rostro para que no la vea, duele, duele mucho.

Me levanto y me siento en el suelo frente a ella, hago que levante la cabeza y quito suavemente sus manos de su rostro para verla y no puedo evitar soltar mi primera lágrima al verla, me siento culpable, jodidamente culpable, siento que tengo la culpa de ello, siempre soy la culpable de su dolor, pero no tengo idea de lo que hice ¿hice o dije algo malo? Si me lo dijera podría disculparme.

- Lo siento. - seca mis pocas lágrimas, trataba de aguantar en todo momento, no quiero llorar.
- ¿Por qué lo sientes? ¿la que debería decir eso no soy yo?
- Por favor no te vayas...
- No me voy si me dices qué es lo que pasó para que te pusieras así.
- Nunca me dijiste lo que te había pasado...
- ¿Eh? ¿Qué me pasó?
- Tu brazoestaba mal después de que saliste de la Universidad.
- Ahhhh...ya entendí. - sonreí estúpidamente por olvidarme aquello. - ¿Te molestaste por eso?
- Sí...Además, me dijiste que te pongo histérica cuando me ves.
- Lo siento~ me olvidé decirte lo primero y segundo, sólo me pones histérica cuando estás enojada.
- Me molesté por eso y me resentí también.
- Aigo... esta niña al parecer es más resentida que yo ¿cómo este par de resentida puede vivir en armonía juntas?
- Tú empiezas siempre.
- ¿Yo? ¿Quieres que me enoje?
- No. - respondió directamente.
- Buena niña. - acaricié su cabeza suavemente sonriendo.
- Wheein.
- Dime.
- ¿Te quieres ir?
- Me quedaré hasta que el trato se cumpla. Soy mujer de palabra.
- Gracias.
- No me lo agradezcas. Además, es cómodo estar por aquí.
- Eso es bueno de saber. Si necesitas algo puedes pedírmelo ¿si?
- Lo sé, puedo dejarte en quiebra.
- Así es. - sonrió.

Bingo! Ahí había vuelto la mujer que me secuestró, espera, no, esa no es la que me secuestró, cuando me secuestró fue más seductora y directa. Yo conocí a Hwasa al principio, pero luego descubrí a Hyejin y me quedo con la segunda porque la primera me da miedito.

- Ahora ve a dormir Hyejin. Tienes que despertar temprano.
- Tú también.
- Pero dudo un poco más.
- Quiero saber lo que pasó.
- Hablemos de ello mañana ¿si? Sé que exageraré todo y no dormiremos nada al final.
- Conste que me contarás.
- Lo haré. Lo prometo.
- Bien. Ahora si duerme pequeña. - me dio un beso en la frente.

Sonreí y subí a la cama, donde me acobijó y dio otro beso para dormir tranquilamente.

- Buenas noches pequeña.
- Buenas noches gigante.

Rió y se fue tranquila. Sentí paz ante ello y con eso dormí más pacíficamente. El dolor se fue, no dolía mi corazón y no me sentía pesada. Hablar calma las cosas.

TE QUIERO CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora