MIEDO

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A la mañana siguiente me despertó moviendome suavemente y llamandome a la vez en susurros.

- Wheein... despierta pequeña, debemos desayunar rápido porque sino no irás conmigo a comprar los materiales de arte.

Y ahí fue que me levanté de golpe:

- Buenos dias pequeña.- me saludó.
- Buenos dias.- le devolví el saludo.
- ¿Cuánto tiempo quieres para alistarte?- me preguntó.
- Uhmmm... 30 minutos ¿si?
- Te espero abajo en 30 minutos con el desayuno servido.
- Esta bien.

Ni bien salió me fui a dar un baño y luego me vestí de manera simple y cómoda, con un jean rasgado negro, un polo blanco y una polera azul cubriendolo. Algo sencillo y cómodo.

Me dirigí al comedor y ahí la vi en su tableta leyendo algo porque lo miraba detenidamente sin tocarlo mucho.

- Lista.- me senté frente a ella.
- Precisa.- sonrió.

El desayuno justo llegaba y lo colocaron en nuestro respectivo lugar de manera tranquila y comenzamos a desayunar sin pensar mucho en las cosas de manera tranquila.

Ni bien terminamos fuimos cada una a lavarnos los dientes y fui corriendo al jardín, donde ella ya se encontraba parada esperándome.

En una acción rápida tomé su mano, lo cual la sorprendió, se veía en su rostro.

- Para que me mantengas vigilada, no me voy a escapar.
- Suena bien.- sonrió.

Salimos ante la atenta mirada de sus hombres, quienes veían atentos mis movimientos para así detenerme si intentaba huir.

Pero ni bien salimos casi huyo realmente al ver un Egoísta, me solté de la mano de Hyejin y fui donde este para tocarlo, era un privilegio tenerlo cerca y poder tocarlo.

- Enserio es un sueño hecho realidad, siempre he querido ver uno en directo.- confesé.
- Ese dato no lo sabía.- me comentó acercándose.

De pronto las puertas se abrieron y me alejé pensando que el dueño estaba dentro de este mismo así que estaba preparándome para disculparme, pero estaba vacío.

- Tranquila, el auto no te va a comer. Sube.- me indicó.

Volteé a verla y ahí estaba ella tranquila esperando a que subiera:

- ¿Es tuyo?- pregunté atónita.
- Así es, lo tengo hace un par de años.
- Parece recién comprado.
- Lo cuido muy bien. Ahora sube pequeña, debemos hacer las compras.- me indicó nuevamente.
- ¿Puedo conducirlo? Por favor.- pedí.
- No, esa cara de cachorrito no por favor.- me dijo esquivando mi mirada.

Me acerqué y seguí con mi estrategia, ella no se resistía a mi mirada de cachorrito triste y tierno a la vez.

TE QUIERO CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora