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WHEEIN

El corazón de Hyejin latía fuertemente y realmente no sé si alejarme o no al sentirlo. Es realmente hermoso escuchar y sentir el corazón de alguien latir de manera tan acelerada como si quisiera salir de su pecho. Me gusta esta sensación y sé que esos latidos son por mi, pero... Pero ella y yo no somos nada más que un par de buenas amigas.

No me alejo de todas maneras de ella, me sentía tan bien con sus palabras de apoyo que se me dio de abrazarla y sentirme más reconfortada, más segura incluso de mi misma a pesar de que confianza es mi segundo nombre.

- ¿Quieres comer algo para animarte?
- Quiero un helado enorme. - digo contra su pecho.
- De acuerdo. Un helado enorme para mi pequeña.

Ríe ante ello suavemente porque estamos en el museo y no puede hacer tanto ruido, ser escandaloso sería ser la mira de todos y de paso tener una foto en la puerta con un letrero que diga "invitados no deseados". Después de ello me alza y yo como acto reflejo bordeo su cintura con mis piernas para sostenerme.

- Como que ahora quieres que te lleve cargando a todos lados ¿No?
- No tengo ganas de caminar...
- Suerte la tuya que tengo mucha fuerza.
- ¿Peso mucho?
- No, no pesas. Debo comenzar a obligarte a comer más.

Siempre hace pequeñas bromitas para hacerme sentir bien o reír, enserio que lo más mínimo que hace lo aprecio y vale oro para mí.

- Llegamos.

Me bajo con cuidado y maldigo la situación ¡Me había olvidado de su herida!

- Maldita sea Hyejin... - tomo su mano para revisarla. - ¿Por qué no me haces acordar de tu mano?
- Se me olvidó también. - sonríe.
- Mentirosa.
- No duele Wheein, no pasa nada. Vamos por ese helado.

Con la otra mano toma mi mano y nos adentramos a la heladería, dónde pedimos realmente helados grandes para tomarnos un buen tiempo fuera de casa y relajarnos sin mucho de que hablar, tan solo cositas triviales.

~•~

Desperté cerca de la 1:00am, era ya tarde y no recuerdo a qué hora llegué a casa y mucho menos a la habitación.

A mi lado no se encontraba Hyejin así que abro mis ojos al no sentirla con el tacto y la veo durmiendo en el sofá, estaba sentada mirando a mi dirección. Me sentí pésima por la posición en la cual se encontraba así que me levanté y me acerco a ella.

- Hyejin~

Abre sus ojos suavemente y al verme se sorprende.

- ¿Pesadilla? ¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre? - lo primero que hace es bombardearme de preguntas.
- ¿Qué haces aquí?
- Bueno...yo...me quedé dormida, eso es todo. Me iré a mi habitación entonces...

Se levanta y la detengo, no, no quiero que se vaya, no puedo dormir más sola por su culpa, ya me estoy acostumbrando y no puedo quitarme la costumbre rápido.

- Cámbiate de ropa y vuelve aquí ¿Si?
- ¿No tienes sueño?
- Tengo sueño y justamente por eso necesito que vengas a dormir conmigo.
- ¿Enserio? - no por favor, no lo hagas... Ya lo hizo, comienza a sonreír torpemente.
- Sí, así que ve rápido.
- Iré rápido. Vuelvo rápido.

Parece una niña pequeña enserio, pero es dulce y eso es lindo de las mujeres, somos dulces y tiernas cuando nos proponemos serlo o nos sale de manera natural de todas maneras, realmente es algo único de nosotras.

Vuelve a los 6 minutos y realmente casi se cae al abrir la puerta por apurada y eso me hace reír, ella ríe de igual manera y somos un par de locas riendo juntas en plena madrugada.

Ya con una respiración más tranquila nos recostamos y luego de acomodarnos comenzamos a dormir, los abrazos no le hacen daño a nadie ¿No?

TE QUIERO CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora