LOS DIAS SERÁN CRUELES

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Después de esa pequeña conversación nos quedamos en silencio. Por mi parte me encontraba sentada sobre la cama sin pensar en alguna locura. Por su lado, ella se encontraba mirándome fijamente desde un sillón.

Si les digo que yo estaba como si nada sería mentirles. Enserio que me estaba muriendo de nervios y miedo. Nervios porque nunca antes nadie me ha estado mirando de esa manera con detenimiento, pero no tenía una mirada de asesina serial, me miraba con otra intensidad de la cual yo temia.

Sé que sabe que no me gustan las mujeres, pero igual me tiene ahí con ella. Me estaba tratando por el momento de la forma más tierna como si fuera algo super valioso. Pero de todas maneras temía que en algún momento le harte eso y comience a ir de manera violenta conmigo o con deseo de más.

Soy una completa nerviosa acerca de esos temas, nunca he pensado cómo sería mi primera vez, no me había tomado el detenimiento en absoluto, pero en definitiva no quería que sea con una mujer, soy una persona 100% heterosexual.

En ello la puerta suena y ella se levanta para abrirla, vi que traían lo que le pedí. Me lo puso en la mesita de noche que estaba al lado de la cama:

- Come tranquila.
- Eso fue rápido.
- Tengo mucha gente trabajando, todo te llegará rápido y si no te gusta algo cambiaré a otra persona.

Sin responder o acatar algo sólo me digne en comer.

No estaba feo ni nada por el estilo, pero me estaba hostigando por el amargo, era demasiado. En eso una botella de agua aparece frente mio:

- Bebe esto, es muy hostigante ¿verdad?

Tomé el agua y le respondí:

- Siendo sincera sí, fue demasiado dulce y amargo a la vez.
- No debiste comer tan apresurada.
- Lo sé. Por cierto ¿En qué momento pediste el agua?
- Hay una pequeña congeladora ahí. - me la señaló. - Por el momento sólo tiene agua, pero luego puedes llenarlo con otras cosas que quieras.
- Claro... ¿No vas a desayunar? Me sentí mal comiendo sola.
- No desayuno tan temprano Wheein, son la 1:00am.
- ¿Qué?
- Tú cuerpo de seguro está acostumbrado a la hora coreana, por eso estas como si nada.
- ¿Y tú?
- Me he acostumbrado a ambas horas, puedo quedarme despierta por mucho tiempo.
- Claro... La vejez ayuda.- dije seriamente aguantando reírme.
- No puedo creer que me estés diciendo vieja cuando ni siquiera llego a los 30 años.- tan sólo negó con la cabeza con una pequeña sonrisa.
- Bueno, me llevas 7 años, eres vieja para mi.
- Vale, lo tomaré en ese sentido.
- ¿Viviré aquí prácticamente, tan sólo en esta habitación?
- No, podrás salir, te mostraré la casa a la perfección para que puedas pasear con tranquilidad.
- ¿Y el Internet?
- Podrás usarlo normal.
- ¿Enserio?
- Sí, todos los equipos que te brindaré están 100% vigilados, habrá alguien que vigile tus mensajes y llamadas, fotos, vídeos.
- Eso sería demasiado acosador ¿Y si quiero tomarme fotos desnuda? ¿Y si me dedico a grabarme bailando desnuda? ¿él va a ver todo?
- Procura de no hacer eso porque yo no puedo vigilarte todo el día Wheein, tengo que ir a trabajar.
- Maldita sea.
- No hay forma de que mandes un mensaje Wheein con esas intenciones, puede eliminarlo al instante.
- Un buen hacker ¿no?
- Efectivamente.

Suspiré, no me quedaba salida, debía llevarme bien con ella para no estar en problemas y salir cuanto antes de este lugar.

- ¿Ya no vas a seguir comiendo?
- No gracias, fue mucho.
- Me lo llevaré entonces. Trata de descansar.
- ¿A dónde vas?
- A dormir, tengo que ir al trabajo y me quedan 3 horas con 35 minutos para hacerlo.
- ¿Vas a volver?
- Dudo que quieras que duerma aquí contigo Wheein...
- Para nada, justamente lo pregunto por eso.
- Tranquila, yo tengo mi habitación en otro lado, te dije que te respetaría. Tan sólo mantén la puerta con seguro, sólo yo tengo llave de esta habitación, no quiero que ningún idiota se sobrepase contigo ¿vale?
- Está bien...
- Buenas noches pequeña.
- Gracias.
- ¿De qué?
- Por no ser una mala secuestradora. Sinceramente tengo miedo, tengo que admitirlo, pero veo que mantendrás tu palabra.

Dejó las cosas sobre la mesa de noche de nuevo, se sentó a mi lado y acarició mi cabello delicadamente:

- Prometo que no te faltará nada, también cumpliré mi palabra al pie de la letra.

La miré y tenía una sonrisa en su rostro, no era de victoria ni nada, era tierna, eso me hizo sentir segura de una u otra manera, tan sólo sonreí como respuesta.

- Ahora si descansa, si quieres algo se lo pides al guardia que está fuera ¿está bien?
- ¿Me dejará irme?
- Eso lo dudo mucho.
- Bueno... al menos lo intentaré.
- De acuerdo.- suspiró.

Se levantó de nuevo, recogió las cosas y antes de alejarse me dijo:

- Hay ropa en el armario para que te vistas, es prácticamente la misma que tienes en Corea.
- ¿Es enserio?
- Sí.
- Tienes todo bajo control.
- Exacto.
- Buenas noches.
- Buenas noches pequeña.- me dio un beso en la coronilla de mi cabeza y se alejó.

La seguí con la mirada sorprendida por el acto y luego desapareció, enserio me había quedado un poco en shock, pero luego me levanté a cerrar la puerta con seguro tal y como me lo dijo.

Los días definitivamente serán de los más crueles.

TE QUIERO CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora