11. ¡Ella es México!

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Llegamos a la casa más rápido de lo que esperaba. Ni me molesté en bañarme o cambiarme. Caí rendida en uno de los enormes sofás.



— Señorita México.... Señorita.... ¿Qué hago? —Escuché una molesta voz a través de las mantas, alguien debió llevarme a la cama— ¿No cree que se moleste? ¿No? Okay...

Alguien removió de un tirón la almohada, haciéndome golpear la cabeza contra el colchón. Me aferré a las mantas, en caso de que quisieran hacer lo mismo con ellas.

— Vamos, tiene que levantarse, su agenda es-

— Déjamelo a mi —dijo una voz familiar— Мексика... hay molletes con café...

Me asomé entre las sábanas, muy molesta por obligarme a moverme. Claro, a ellos no les dolía el cuerpo ni sentían sus ojos y oídos explotar ante cada estímulo y mucho menos sentían su piel arder al punto de creer estar en llamas... no, ellos no lo entienden ni lo harán jamás.

— Ya voy —dije volviendo a cobijarme. El simplemente usar mi voz era punzante.

Ellos no se retiraron. Se quedaron de pie esperando a que saliera de la cama.

Suspiré frustrada y retiré las sábanas para sentarme y estirarme.

Rusia en su forma humana y mi asistente me miraron dos segundos para luego girarse, mirando la pared atentamente.

El humano fue el primero en espabilar y acercarme la ropa que necesitaba.

— No sabía que dormía desnuda, lamento haber entrado a su habitación sin permiso —dijo rápidamente para luego salir despavorido por el pasillo.

Tomé la ropa y me vestí con cuidado. Cada roce de la tela me provocaba dolor.

— Me sorprende que no te fueras corriendo tú también, Rusia.

— Te conozco lo suficiente —dijo girando sobre sí mismo, mirándome a los ojos— para saber que eres capaz de volverte a meter bajo las mantas si te dejo sola.

Tienes razón.



Desayunamos mirando las noticias, que obviamente estaban repletas de mi rostro, mi caída, mis mensajes y la reunión con mi "líder". Todo se repetía, hasta que cambié de canal.

Al menos di una gran impresión.


"Nacida en el Estado de México, nuestra nueva country human, se crió al norte del estado. Sus padres, docentes de profesión, la guiaron por el camino de la docencia, enviándola a prestigiosas escuelas privadas de la zona junto con sus hermanos. Sus padres hicieron grandes esfuerzos económicos para enviarlos a esas escuelas, veremos cómo valió cada centavo...

— Era muy callada, siempre le gustó jugar sola —dijo una de las religiosas de colegio católico.

— Era mi crush, pero nunca me animé a declararme —dijo un hombre que no reconocí.

Sus compañeros aseguran que Adriana siempre fue amable y tímida, a excepción de cierto acontecimiento en la escuela media superior...

— Como pueden ver —dijo una mujer mayor. La prefecta de la escuela— su archivo de conducta esta en blanco, sólo un incidente esta marcado en el 2007. Pero para ser sincera, yo jamás lo habría escrito. ¡Fue la propia Adriana la que pidió que se escribiera el reporte!

Varias fotografías de mala calidad fueron apareciendo en pantalla. Yo aparecía en la mayoría, mostrándome completamente seria y una que otra sonriendo o abrazando a mis amigas.

Soy... ¿México?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora