4. Hermanos de corazón

309 26 1
                                    

Unos momentos después de cambiarme, alguien tocó la puerta. Reconocería esa forma de tocar donde sea...

La persona detrás de la puerta no esperó respuesta y entró corriendo.

Pero no era una persona, era un country. Irlanda.

Al verme recostada en la cama, se dejó caer sobre mí, saludando como siempre. La cama rechinó al tener que soportar nuestros pesos de forma inesperada. Aquel country tenía la personalidad de mi hermano mayor.

El otro country también entró en la habitación, pero mucho más tranquilo. Llegó hasta la cama y nos abrazó a ambos. Esa personalidad era la de mi hermano menor.

En esa cama, abrazados se encontraban México, Irlanda y Corea del Sur. Pero yo sentía que en realidad sólo eran mis hermanos y yo.



— So... I think the UN already explained it to you (entonces... creo que ONU ya te lo explicó)—dijo Irlanda terminando el abrazo.

Los tres nos sentamos a la orilla de la cama. Yo ya era bilingüe antes de transformarme en México, por lo que no me costó entender a mi "hermano" Irlanda.

— Sí, creo que entiendo el concepto. Pero es un poco raro... quiero decir, con ustedes me siento a gusto, como con mis hermanos de verdad, como si los conociera de toda la vida... y... bueno, tengo entendido que con el tiempo dejaré de sentirme así por ustedes...

— 언니, 미래에 대한 생각이 현재에서 당신을 괴롭히지 못하게하십시오— dijo solemne Corea del Sur. No entendí nada de lo que dijo.

Los tres nos miramos en silencio y estallamos en carcajadas. Extrañaba reír así con ellos. Aunque sabía que aquellos no eran realmente mis hermanos, era como si lo fueran. Así se sentía.

ONU apareció en la puerta que se había quedado abierta. Se recargó en el marco de la puerta, mirando extrañado nuestra pequeña burbuja de felicidad.

— Veo que lo llevas mejor de lo que pensaba.

— 내 여동생은 당신을 놀라게 하는 것을 멈추지 않을 것입니다, UN 씨 —dijo mi hermano menor, completamente serio. Ojalá con el tiempo pueda entender qué rayos es lo que dice...

— 그렇게 될 거라고 확신합니다, 대한민국 씨— respondió ONU con una sonrisa— Mr. Ireland, I will entrust you the security of Mexico for now (Señor Irlanda, le encargaré la seguridad de México por ahora).

Irlanda asintió y se puso de pie, acción que Corea del Sur y yo imitamos, como siempre, siguiendo a nuestro hermano mayor.

— Come on brothers, we'll take a walk in the garden (Vamos hermanos, daremos un paseo por el jardín) —dijo Irlanda saliendo de la habitación. Mi hermano menor y yo lo seguimos hasta salir por fin del hospital.

Frente a mí se abría un enorme campo, a lo lejos podía escuchar los sonidos de una ciudad, pero no veía señales de edificios o cualquier cosa que revelara el nombre de la ciudad que escuchaba.

El jardín era precioso, lleno de flores de colores que inundaban el aire con su refrescante aroma, se notaba que estaba diseñado para personas enfermas, con bancas y barandales por todas partes. Aquello era definitivamente el jardín de un hospital. Lo único que me parecía extraño era que nosotros tres éramos los únicos caminando por la zona.

— Hermano —dije, a lo que ambos voltearon la cabeza para mirarme— ¿este hospital es especial para countries?

— That's right (Eso es correcto) —respondió Irlanda.

Luego de caminar y hablar con mis hermanos "de corazón", me enteré que cuando yo me convertí en México, ellos también se convirtieron en mis "hermanos", que, aunque ya tenían cierta relación diplomática con México, ahora sintieron la urgencia de protegerme, de manera que tenían que asegurarse que me encontraba bien. Se enteraron de la muerte del antiguo México y no querían que la historia se repitiera. Aquella revelación me dejó cierta curiosidad. ¿Qué le pasó en realidad al otro México?

Corea del Sur comenzó a hablarme en español al notar que yo no comprendía nada de lo que él decía. Me contó que para él fue igual cuando recién se convirtió en un countryhuman, su familia estaba dividida entre Japón, China y Australia, así que, sin quererlo, desde el inicio formó una relación amistosa con aquellos países, incluso después de décadas, esas relaciones se habían mantenido firmes, pero ahora le tocaba el turno de sentir esa familiaridad con un país tan cálido y expresivo.

— ¿Puedo preguntarte por tu familia original?

— Por supuesto, ¿qué quieres saber? —respondió Corea abrazándome de los hombros.

— Ellos... ¿cómo se sintieron al saber que eras un country?

— Orgullosos —respondió de inmediato—, así como deben sentirse tus padres.

— Yo creo que deben estar preocupados —dije bajando la mirada. No me habían permitido llamarles o siquiera enviarles un mensaje de texto o correo electrónico

— I'm sure you will be missed, and that's a really hard part being a country, but... (Estoy seguro de que te extrañarán, y esa es una parte realmente difícil de convertirse en country, pero...) we have responsibilities that are impossible to ignore (tenemos responsabilidades que son imposibles de ignorar)

— Yo ya tenía bastantes responsabilidades y ahora las estoy ignorando —dije molesta— y ellos... yo no sé... nada...

— Hermanita, realmente trato de entenderte y hacer esto lo menos difícil posible, pero... esas ya no son tus responsabilidades. Ya no tienes que hacer nada de lo que hacías antes.

— Todos mis planes... todos mis años de estudios... a la basura —Irlanda estaba por interrumpirme, pero continué hablando—. ¿Por qué? Porque ahora no necesito saber nada de eso. Ahora necesito saber de política, de economía, salud pública... y muchísimas cosas más... muchas cosas que no sé y que seguramente afectarán a mi país... mi país... que de por sí esta hundido en la miseria... esto va a ser horrible.

Mis hermanos se miraron preocupados. Irlanda ya no sabía qué decir y Corea del Sur miraba al suelo. Ambos sabían que yo tenía razón.


Soy... ¿México?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora