Samuel
La gente se acostumbra a criticar tan fácil a las personas, muchos pueden decir que es algo estúpido que regrese conmigo que por mi culpa se fue y regresó diferente pero para mí siempre ha sido ella.
Me tiene a sus pies desde el primer día en que crucé palabra con ella y ahora...intento recuperarla, me siento feliz después de una absurda terapia que se convirtió en algo profundo no sabía que tenía imaginación y fue como me imaginé una vida diferente porque como ella no quería pertenecer a este mundo pero el odio y la venganza me obligaron a estar aquí.
La idea de estar solos aunque sean unos días fue desde que me llamó del aeropuerto para recogerla la necesitaba, y aunque me cueste ser como ella desea que sea el amor que siento por ella es mucho más de todo lo que tengo. Me acerco a ella con cuidado de no despertarla y tomo su mano, había deseado este momento estar solos, volvernos a conocer, saber lo que quiere.
Los recuerdos mayor siempre van a estar presentes, no se sabe cuándo pueden aparecer pero ella no puede estar sola porque si lo está puede ocurrir una tragedia.
Hasta el momento mi mayor miedo no ha aparecido y es que no soportaría escucharla llorar por todos esos miedos creados por mi culpa. Suelta mi mano para darme la espalda, bueno en eso no ha cambiado nada sigue odiando que la abracen durante la noche.
Algo extraño hasta que la conocí.
Pero no me importa que termine golpeado, me acerco para abrazarla y besarla.
- Samuel...déjame dormir - se queja y deja de moverse cuando siente que no me voy a despegar de ella.
Diana
Al despertar antes que Samuel, me arreglo rápido pero sigue dormido no lo culpo tenía trabajo de más y al estar relajado el cansancio cobra de más.
- Vamos despierta - me coloco encima de él y solo gruñe.
- Samuel...
Abre los ojos y me observa vestida.
- Ahora me arrepiento de las veces que te despertaba temprano - sonrío y si no brinco en la cama es porque me vería muy infantil.
- Está bien ogro feo, te espero porque tengo mucha hambre -
Veinte minutos después, bajamos al restaurante y cada que veía pasar un plato de comida mi estómago reclamaba pedir algo ya, pero no quise verme muy mal así que esperé mi desayuno. Se veía demasiado sexy viendo su teléfono y lentes obscuros se ganaba una que otra mirada de todas aquí, y no es un secreto para mí aguantar las miradas de todas las mujeres.
- Aquí está su desayuno - el plato de Samuel llega primero y la mesera se acerca tanto a él que puedo jurar que casi le pone las tetas en la cara.
Sin agradecerle se va sin dejar de observarlo. Tengo que relajarme, es un momento para reconciliarnos, después de quince minutos mi desayuno sigue sin llegar, Samuel tenía intacto el plato empezaba a desesperarme y el hambre desapareció por completo.
- Puedes comerte lo mío, lo tengo mucha hambre - sigo volteando hacia la cocina y sigue sin salir la mesera sin mi plato.
- No está bien no debe de tardar - estaba a punto de levantarme para preguntar cuando se acerca sin nada.
- ¿Se les ofrece algo más? - ¡¿qué?! ¡¿De verdad hizo esa pregunta?!
- Si te hizo falta traer un plato más - hablo y revisa la tablet dónde tomo la orden.
- Mmm...no solo estaba el plato del señor -
- Revisa bien, porque no es el único en la mesa también estoy yo por si no te haz dado cuenta - me levanto y Samuel lo hace conmigo.
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La Cazadora ( I y II Parte) (Terminada)
Romance¿Alguna vez has escuchado la famosa frase de que los polos opuesto se atraen? O ¿Del odio al amor? Bueno, eso nos pasó a mi y a Samuel que llegó a mi vida de una manera bastante peculiar ¿porque lo digo? Porque gracias a esas dos frases fue que ambo...