Al llegar al cuarto, Samuel estaba como loco dando vueltas por todo el cuarto y al verme me abraza. Algo extraño.
- Ok ... ¿Por qué me abrazas? Estoy bien -
- Por Dios Diana fue mucho tiempo - me quito los zapatos y los accesorios que me puse.
- Samuel fueron dos horas, ¿por qué lloras? - suelto mi cabello y casi se me olvida el broche que me dio Samuel.
- Además hubieras escuchado todo lo que me dijo -
- Si, precisamente porque lo escuché todo es la razón por la que estoy así - ¿cómo? - El broche que te di, tenía un micrófono escondido - ja, tonta si creíste que era de regalo.
- Ok, entonces no hace falta que de mi resumen - me encierro en el baño y me cambio por mi ropa de pijama.
No sé porque me encuentro así, enojada, triste, decepcionada. Si hasta el mismo me dijo que me veía bien, salgo y apago las luces cuando está trabajando seguro en la conversación. No quiero que me vea así que le doy la espalda, pero siento su mirada sobre mí.
Samuel
Aún faltaban dos horas para que amaneciera y la única que ha dormido bien desde que llegamos es Diana, se ve que disfruta del sueño tanto que solo me deja el espacio considerable para que pueda hacerlo. Sabía que después de decirle que el broche que le di tenía un micrófono se iba a enojar, pero no iba a dejarla sola con todas las cosas que le dijo.
La había estado manteniendo alejada del mundo de mierda que Karú tiene y desde un principio supe que el que ella vinera también como infiltrada traería problemas y terminara convirtiéndome en su niñero pues Karú quiere al menos tenerla una sola noche y el solo pensarlo me asquea demasiado.
Cierro mis ojos por quinta vez tratando de conciliar el sueño, logro relajarme, pero mi sueño se vuelve a interrumpir cuando siento su cuerpo abrazarme como si fuera una almohada.
Me quedo completamente quieto al no saber que hacer, por un instante pensé que era una simple broma, pero cuando se deja de mover encontrando una posición de la cual se siente cómoda supe que estaba dormida.
Esto resultaba incómodo, pero Dios su maldita cercanía me hace imaginar cosas buenas pero las malas son las que ganan, su pierna se mueve en repetidas ocasiones sobre mi pene que desde que se le ocurrió ponerse casi encima de mí no deja de crecer la erección, y lo único que quería era quitarla, pero jamás volvería a tener una oportunidad como esta.
La observo dormir y acerco mi mano a su cara estaba en total estado de reposo, se veía mejor dormida que hablando y brincando como loca cuando estamos los dos encerrados. Bajo mi mano hasta su pierna y la acariciando de arriba abajo esperando a que no se despierte y me quiera romper la cara por estarla tocando. Mierda.
Necesito tocarme.
Necesito tocarme.
Pero no con ella aquí, y eso significa que lo tengo que hacer hasta que se vaya o cuando me bañe que es lo que he estado haciendo desde que llegamos aquí. Y antes de que el sueño me gane se voltea a su lugar.
......
Después de correr en el gimnasio, subo a cambiarme para la fiesta que Karú no se dignó en avisarnos pues desde la cena con Diana se dirige poco a mi tal vez porque alguien le dijo que el trato mal desde hace años. Al entrar al cuarto Diana no estaba, pero al revisar el lugar encuentro la puerta del baño abierta y ahí estaba ella cantando en la regadera.
Por extraña razón mi corazón empieza a latir demasiado rápido al verla tras el cristal empañado por el vapor caliente, pero eso no le quita que pueda verla de espaldas, jugando con su cabello y pasando sus manos por sus curvas.
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La Cazadora ( I y II Parte) (Terminada)
Romantizm¿Alguna vez has escuchado la famosa frase de que los polos opuesto se atraen? O ¿Del odio al amor? Bueno, eso nos pasó a mi y a Samuel que llegó a mi vida de una manera bastante peculiar ¿porque lo digo? Porque gracias a esas dos frases fue que ambo...