SO: sobre hielo [borrador]

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CAPÍTULO 8: NOCHE DE PELÍCULAS

Eira

Para la temporada 2008-2009, no hacíamos otra cosa más que entrenar, entrenar, entrenar. Eso es lo único que hacemos en estos últimos meses. No era queja, pero tampoco era muy bonito que digamos, y más cuando nos habíamos caído muchas veces. Se supone que la temporada empezaba dentro de unas semanas, y la entrenadora estaba más nerviosa que Aspen y yo, y eso que ella lo único que va a hacer es observarnos competir, supongo que le aterraba la idea de que fracase como entrenadora. Pero no, si nosotros llegamos a perder no es culpa de la entrenadora. Son cosas que pasan, no todo es perfecto en esta vida.

Nota mental, recordar lo que acabo de decir durante lo largo de la trayectoria que tendré en el patinaje artístico.

—Bien chicos, les sale perfecto.

Si bueno, después de habernos caído un millón de veces, claro que tenía que salir bien la rutina.

De hecho ya no siento mi nalga derecha, ya que siempre que me caigo lo hago sobre ella y pues de tantas caídas que he tenido en estos meses pues ya no siento nada.

—Gracias.

—Solo recuerden que tienen que disfrutar esto, sonrían mientras realizan su rutina.

Asentimos.

—¿Podrían repetir la parte donde giran ambos?, por favor. Quiero grabarlos para que vean que pueden mejorar en esa parte, es lo que más me preocupa.

A nosotros igual pero no se lo decimos. No la queremos poner más nerviosa.

Nos pusimos en posición, y asentimos antes de empezar a hacer el giro que la entrenadora querría grabar.

—Bien, eso sería todo por hoy. Mañana les muestro el video para que trabajemos más en ese giro.

Se despidió de nosotros y salimos de la pista.

—¿Crees que en algún momento deje de estar nerviosa?

—No lo creo. Pero espero que se le quiten los nervios, no es bueno para su salud.

Aspen siempre preocupándose por los demás.

—Ya quiero que llegue la hora de presentar la rutina, pero a la vez no.

Aspen se rio.

—Estoy igual.

—Prometo seguir trabajando en lo de no reírme cuando me cargas.

—No te preocupes, sé qué lo lograras.

Desde que habíamos empezado a practicar la rutina, había una parte donde Aspen me tenia que cargar, por lo tanto tenia que tomarme de la cintura y por alguna razón eso me provoca cosquillas. Poco a poco había ido mejorando para no reírme, sin embargo siempre terminaba riéndome en alguna de las tantas veces que practicamos la rutina.