SO: sobre hielo [borrador]

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CAPÍTULO 31: NO ESTÉS NERVIOSA, NOS IRÁ BIEN

Enero 2021

Eira

Estos días han sido raros. Aspen no ha sacado el tema de la fiesta, y ni yo le he sacado la información. Al día siguiente Aspen me había dado un resumen de lo sucedido —aunque no me dijo todo—. Y lo se porque —aunque no recuerdo todo al cien por ciento—, me acuerdo de una gran parte de la fiesta. Específicamente como casi lo llego a besar, pero como no ha sacado el tema supongo que ahora toca fingir que no ha sucedido nada.

Le he dicho que no me acordaba de nada, que todo era borroso solo por el simple hecho que no ha mencionado nada, pero la realidad era que me acordaba perfectamente que me había dicho que cuando estuviera sobria si seguía queriendo el beso probablemente me lo daba.

Le he dado la carta y su actitud no ha cambiado nada y eso se lo agradezco mucho. Aunque sí ha estado un poco más cariñoso que de costumbre.

Y encima, tengo nervios gracias a las competencias. El programa que presentamos junto con los demás compañeros lo presentamos el día de la inauguración. Ayer presentamos nuestro primer programa y hoy tendremos que presentar nuestro último antes de que anuncien a los ganadores.

A decir verdad, ayer no nos fue tan bien. De hecho, a mi durante el programa me dio pánico y en uno de los saltos no aterrice bien lo que ha ocasionado que me cayera y con ello a que nos bajaran unos cuantos puntos. Sin embargo, —según me explicaron Aspen y Tina— todavía tenemos oportunidad de ganar un buen lugar.

—Ya deja de estar nerviosa—dice Aspen asomándose por la puerta—, me pones nervioso.

Quedo frente a él.

—No lo creo.

—Ya ven—dice extendiendo sus brazos para tomarme de los hombros y abrazarme—. Lo harás excelente, solo imagínate que es otro ensayo más.

Asiento.

No solo tengo nervios porque me preocupa el programa que daremos, sino porque encima estoy en mis días y yo no quiero que suceda ningún desastre sangriento.

Espero que en este último programa que nos queda presentar no me ganen los nervios y también espero que no me de un bloqueo porque nos hemos estado esforzando mucho para que el resultado salga —casi— perfecto.

Nos separamos y empiezo a olerme porque de lo nerviosa que estoy siento que estoy sudando mucho.

—Oye, ¿puedes decirme si sigue oliendo mi perfume?—le pregunto a Aspen, lo último que quiero es oler feo cuando estemos patinando y que él pueda percibir el olor.

Le doy acceso a mi cuello para que pueda oler e ignoro las vibraciones que mi cuerpo me transmite cuando se acerca a olfatear mi cuello. Cuando su nariz toca mi cuello, se me escapa una risilla por las cosquillas que siento. Y antes de que se separe, le doy un beso en el cachete —esto fue puro impulso, y mis hormonas—.