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CAPÍTULO 19: ¿PREGUNTAS SOBRE MI?
Eira
La finalidad por la que he regresado a Canadá es porque he prometido a mi madre que finalmente —y como por quinta ocasión— empezaré a ir a terapia. Apenas llevo una semana de regreso y ya estoy cumpliendo lo que he prometido, no porque quiera —una parte de mi sigue dudando— sino por mi madre, por mi abuela y por mi padre —que se que donde quiera que se encuentre está feliz de que al fin la niña de sus ojos empieza a pedir ayuda—.
Durante esta primera semana estuve asistiendo casi todos los días, sin falta alguna. Aunque todavía no tengo la confianza suficiente con la doctora para contarle todo con lujo y detalle, solo le cuento lo superficial.
En esta última sesión que tuve, estuve a punto de irme de la clínica, una parte de mi quería salir corriendo sin importar nada pero la parte más sensata que tengo decidió quedarse. Por mi bien. Por sanar. No es que la doctora Monique sea mala doctora, no es nada de eso. Al contrario es amable. La primera vez que la visite me comento que lo más importante de nuestras reuniones —así las llama ella— es que yo me sienta cómoda, que si en algún momento no me llego a sentir capaz de contarle algo que estaba bien, que no me obligaría a contarle sobre un tema que me incomoda.
Prácticamente sabe sobre mi pasado, antes de lo de mi padre. Le he explicado como el patinaje ha cambiado mi vida y como este nos unió más a mi padre y a mi, con eso se dio una idea de cómo su ausencia me ha afectado. También le he contado sobre Camelia y Aspen, sobre cómo nos hicimos amigos y como se convirtieron en mi familia, mi familia de otra sangre.
Y aun así, tengo miedo. Miedo a no poder sanar, a que esto no me funcione y solo haga perder el tiempo a ella, a mi madre y a mi.
Igual en esta última sesión alcance a comentarle un poco de lo que le sucedió a mi padre. Sin embargo, no pude decirlo sin que terminara llorando, me quebré. Ha sido la primera vez que he dicho en voz alta lo sucedido con alguien que no sea de la familia. Lo que resto de la sesión consistió en ser escuchada por la doctora, en desahogarme, y que me explicara en qué consistirán las siguientes sesiones —que pueden seguir siendo individuales o asistir a terapia grupal—, también me ha comentado que si en algún momento yo no me siento cómoda o conforme, tengo todo el derecho de hacérselo saber y de dejar de asistir. Solo espero que eso no pase, en serio quiero seguir asistiendo.
Ya me canse de fingir que estoy bien, cuando en realidad no lo estoy.
Ya me canse de fingir una sonrisa, cuando en realidad quiero llorar.
Ya me canse de fingir que lo de mi padre ya no me afecta, cuando en realidad me sigue afectando.
Lo único malo, es que me ha dejado tarea. Bueno, más que nada me ha recomendado escribir en un diario, así que eso he estado intentado hacer en las últimas horas. No se como empezar, he decidido hacerlas como cartas pero ni siquiera sé a quien dedicarlas. Ni siquiera confío en lo que escribiré.
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SO: sobre hielo [borrador]
Teen FictionAspen es un niño tímido, Eira es todo lo contrario. Aspen empezó a patinar para hacer amigos, Eira por hiperactiva. Para Aspen el patinaje lo es todo, para Eira es un pasatiempo que disfruta realizar. El patinaje les dio amistad, amor, felicidad, pa...