SO: sobre hielo [borrador]

*EXTRA SAN VALENTIN*

EXTRA SAN VALENTIN: ¡FELIZ DIA DE LA AMISTAD!

Febrero 2013

Eira

No fue hasta el 2013 —el día del amor y la amistad— cuando hice una tontería. La verdad es que en ese entonces no entendía mucho el porqué se celebra solo ese día y no todos los días del año. Si se supone que amas a alguien, todos los días se deben de celebrar y no solo uno que ya está establecido. Fue ese mismo año cuando volví a pensar que Aspen era lindo. No solo era una gran persona, era un gran amigo y cuando se me dio la oportunidad lo tuve que estropear —no fue mi intención—.

Encontré a mi padre en su cuarto terminando de arreglarse para ir a cenar con mi madre, por lo que me iban a dejar con la familia de Aspen.

—¿Y cómo se conocieron tu y mi madre?—me senté en la cama mientras observaba cómo se movía de un lado a otro.

—Ya te lo hemos contado.

—Pero no toda la historia completa—exclamé—. Siempre que les pregunto, lo único que me dicen es que vivían en la misma colonia allá en México y que no se soportaban, nunca me han dicho cómo se enamoraron.

Su reflejo me sonrió desde el espejo.

—¿Qué quieres que te cuente?

—Todo. ¿Cómo sabías que te gustaba? ¿Cómo sabías que quieres pasar el resto de tu vida al lado de alguien? ¿Eso es mucho tiempo, no? Pasar el resto de tu vida con alguien.

Se rió.

—Hija, cuando encuentras a la persona correcta todos los días es como si te volvieras a enamorar.

—¿Y cómo supiste que era amor lo que sentías por mi madre?

Apenas estaba empezando a diferenciar bien lo que es el amor, por eso le preguntaba.

—Cuando éramos unos adolescentes yo siempre la molestaba un poco, íbamos a la misma escuela y ella siempre quería ser la número uno del salón, por lo tanto la empecé a molestar con lo que más le importaba.

—Sus calificaciones.

—Así es. Yo nunca fui de estudiar mucho, ni de estar en el cuadro de honor, pero un día no se porque se molesto conmigo que fue y me reclamo por algo, y yo me enoje y le dije que no molestara o si no iba a empezar a quitarla del cuadro de honor, se molesto tanto que hizo una rabieta, no sin antes decirme que quería ver si me atrevía.

—Y te atreviste.

—Si, era un adolescente que si me ponías un reto lo quería cumplir, a veces tu abuela se enojaba porque terminaba todo sucio o en alguna pelea. Creo que por eso no le gustaba a tu madre—se acercó a mi—. Pero acá entre nosotros, sabemos que le guste desde que tuve mi faceta de chico malo—susurró.