CAPÍTULO 19: TIEMPO DE ESPERAR

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—Hola, Giuly—volvió a decir Enzo una vez que reaccionó de la impresión causada por el reencuentro.

—Hola—respondió ella igual de impresionada.

—¿Se conocen?—preguntó Guido.

—¿Ella es la Giuly de la que tanto has hablado?—preguntó Paz mirando al muchacho.

—¡La misma! ¡Qué alegría verte!—agregó sonriendo y caminando hasta abrazarla como si fueran íntimos amigos.

«¿Le ha hablado de mí?», se dijo mientras Enzo se alejaba y seguía sonriendo feliz.

—¿Eres una de las voluntarias del Logos?

—Sí.

—Por supuesto—exclamó Enzo—, no podía ser de otra manera, sabía que Dios haría grandes cosas con tu vida.

—Hace un mes que me sumé a la tripulación—comentó Giuly contemplando al muchacho. Enzo se veía tan diferente. Físicamente estaba más alto y elegante, su cabello corto y prolijo, lo que sí era diferente y pudo percibirlo de inmediato era su carácter... Ella no lo recordaba tan alegre y extrovertido... no recordaba que él tuviera ese brillo en la mirada, esa presencia impactante y cautivadora.

—¡Me alegra tanto volver a verte! ¡Realmente Dios es sorprendente!! ¿Compartirás tu testimonio hoy?—cuestionó.

—Sí, Guido pidió unos voluntarios... pero si prefieres, puede ser alguien más...

—¡No, no, es perfecto! ¡No podría ser más perfecto!

Por un instante la charla se había vuelto un diálogo entre ellos dos, como si se encontraran como viejos amigos charlando después de mucho tiempo de no verse.

De golpe una vocecita se sumó a la charla dando un paso adelante.

—Me alegra conocerte, Giuly—dijo Paz acercándose y dándole un abrazo.

«Ya nos conocíamos desde antes», pensó Giuly, «anoche estuvimos charlando, o estoy volviéndome loca...».

—Enzo ha hablado mucho de ti... no lo entiendes ¿verdad?, por acá todos te conocen. ¡Eres la famosa Giuly!—volvió a exclamar Paz sonriendo.

«¿Qué está pasando? ¿Qué les ha dicho Enzo? ¿Famosa Giuly?».

Cada vez se sentía más aturdida y confundida.

...

—Papá, la verdad que prefiero continuar un tiempo más en la sala de máquinas—respondió Alex—; estoy aprendiendo mucho, y no sé si estoy preparado para volver a estar con la comisión de OM.

Alex era consciente de que espiritualmente no estaba bien. Su enojo con Cris no estaba terminado, y luego de hablar con Mariel, se había aumentado.

Temía que su hermano quisiera también interferir en la amistad que estaba surgiendo con ella. Ya lo había hecho una vez, y si lo permitía, lo haría de nuevo.

—Está bien, hijo. Respeto tu decisión. Me alegra tanto que puedan de a poco arreglar las cosas con tu hermano.

—Sí, papá.

—Cris volverá a su antiguo puesto de promotor—comentó Mark.

—¿Vas a enviarlo con los promotores que van a ir a Francia?

—No lo sé, quizás sea muy apresurado...

—No lo creo, Alfred Redrich lo aprecia mucho, sabe que es tu hijo, la embajada será más condescendiente si él se presenta. Obtendremos el lugar estratégico en el puerto, y los permisos especiales que la última vez no otorgaron.

—Tienes razón, pero los promotores salen el lunes hacia Marsella... ¿crees que Cris quiera ir?

—Es la tarea que ama, estará feliz de volver al trabajo con prontitud... Y sabes que Francia e Italia son sus preferidos.

—Tienes razón, me alegra ver esta nueva actitud positiva hacia tu hermano... Me siento en paz después de mucho tiempo.

Alex sonrió. Los motivos reales no eran buscar el bien de su hermano y apoyarlo, eran sacar a Cris del barco por un tiempo y alejarlo de Mariel.

De esta forma ganaría tiempo para fortalecer su relación y que Cris no estuviera estorbando o impidiendo su avance.

...

Paloma y Marilina estaban sentadas terminando de cenar. Las dos tenían el teléfono en mano y charlaban con sus respectivas familias.

El comedor era uno de los lugares donde tenían mejor señal de wifi, así que aprovechaban esos tiempos para comunicarse con sus padres.

—Te digo que estoy bien—repitió Paloma por tercera vez—, solo fue una crisis.

Marilina sonrió al escucharla, sabía que si Sonia se enteraba de la verdadera gravedad, se tomaría un vuelo al día siguiente.

—No es necesario, de verdad estoy bien—agregó interrumpiendo el discurso que continuaba del otro lado de la línea.

Marilina ya había charlado con su mamá, papá y hermana, todos se encontraban bien y eso era una buena noticia. Pero ella no estaba bien.

Lo sucedido con Cris el día anterior la había puesto en una realidad incómoda y triste. Ella estaba enamorada de un amor imposible.

¡Cuántas veces había escuchado de chicas que se enamoran de imposibles y ella pensó que nunca le sucedería! ¡¡Grave error!! Porque terminó donde no quería, completa y totalmente enamorada de Cris.

No podía compartir con nadie sobre estos sentimientos. Ninguna de sus amigas la entendería. Todas apoyaban a Mariel y su romance con "el hijo del capitán".

En la pieza no se hablaba de otra cosa que de amores. A veces evitaba estar allí solo para no tener que escucharlas hablar de las historias que comentaban.

Paloma y Jeremy y todo lo que tenían en común, ¡hasta le había salvado la vida!! ¡Era una historia de película! Andrew y todo lo que hacía para estar cerca de Giuly... y Mariel y Cris...

Debía admitirlo, todo eso le afectaba.

Reflexionó intentándose darse ánimo:«no vine al barco para buscar un novio»«Mi motivación ha sido otra, y desde que llegué, Cris se ha interpuesto en mi meta de predicar y servir a Dios».

—No puedo creerlo—exclamó Paloma dejando el celular en la mesa.

—¿Pasó algo malo?

—Mis padres vendrán a Francia. Mamá estará casi un mes hospedada en casa de una amiga que tiene un departamento en Paris...

—¿Vendrán a visitarte?

—Quieren pasar un fin de semana en el barco...

—Eso es bueno.

—No... si mi mamá se entera que casi muero en el ascensor, me llevará de regreso a casa... y no quiero irme. Cada día que pasa, siento que este es el lugar en donde tengo que estar.

—Entonces, Dios se encargará de que las cosas sigan su curso normal y puedas completar el tiempo en el barco.

—Es cierto, necesito descansar en Dios y saber que él tiene el control de todo.

EL VIAJE QUE CAMBIÓ NUESTRAS VIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora