El mes de Agosto ya había comenzado.
Faltaban semanas para que las chicas cumplieran con el año de servicio en el Logos.
Mirando hacia atrás, los meses habían pasado con velocidad... tantas experiencias vividas, tantos kilómetros recorridos, tantos puertos visitados, tantos rostros diferentes contemplados en este viaje por el mundo.
La maravillosa aventura de servir a Dios en esta enorme librería flotante estaba a punto de concluir.
Muchas cosas habían cambiado.
Mariel, Giuly, Paloma y Marilina habían cambiado.
La experiencia las había hecho madurar y crecer, conocernuevas personas, aumentar su fe y confianza en Dios, conocer nuevas culturas, nuevos países necesitados de Dios y su presencia.
Casi un año atrás, habían dejado la comodidad de sus hogares, a sus familias, ciudades e iglesias para aceptar el desafío de servir tiempo completo a Dios por un largo año;y el tiempo estaba por cumplirse.
Andrew y Giuly vivían este proceso de una manera diferente. Su amor les hacía tener los pies a diez centímetros del suelo, y vivir cada día con euforia e ilusión.
Tendrían por delante un nuevo año de desafíos y podrían enfrentarlo juntos.
Juntos. Bella palabra, que acababan de descubrir, y que encerraba un significado muy profundo, que solo el tiempo y las vivencias compartidas les enseñarían.
Su meta, como novios, era descubrir en el proceso, de este año de servicio en el Logos,cuál era la voluntad de Dios para ellos en el futuro.
Quizás, ni Escocia ni Argentina.
Estaban abiertos al lugar donde Dios quisiera llevarles.
Para Mariel, Paloma y Marilina cientos de interrogantes se despertaban ante la inminente realidad del regreso a casa.«2 de septiembre».
¿Y ahora qué?
¿Cómo seguirían sus vidas?
¿Qué tenía planeado Dios para ellas después de esta experiencia?
¿Qué harían con todo lo vivido y aprendido?
¿Podrían volver a estudiar una carrera y ejercer una profesión luego de conocer y palpar la necesidad y realidad de tantos países y personas sin Cristo?
¿Cuál era realmente el nuevo propósito de Dios para su futuro?
¿Y qué de los nuevos sentimientos que se habían despertado en cada una? ¿Serían duraderos? ¿Serían correctos? ¿Tendrían algún futuro o se diluirían como un recuerdo más?
Las preguntas llegaban a la mente de cada una mientras los días terminaban y el cierre de esta etapa amenazaba con llegar de un momento a otro.
Lo más doloroso sería la separación de aquellas personas con las que habían vivido durante todo este proceso.
Los lazos de cariño y amistad formados en este tiempo con sus compañeros y familias adoptivas eran muy fuertes.
La convivencia en estos 338 días, les llevó a sentirlos cercanos, queridos, especiales... como su propia familia... pero el tiempo y la distancia, serían crueles tiranos a enfrentar... y el 2 de septiembre parecía avanzar con rapidez en el calendario y arrasar con todo a su paso.
Las cosas en Argentina se vivían de una manera diferente.
Las familias anhelaban el regreso de sus hijas.
Desde el día de la compra de pasajes, un reloj de cuenta regresiva se había encendido en cada hogar.
Faltan 34 días.
Faltan 31 días... 29... y descontando.
La ausencia de las chicas había sido dolorosa, sobre todo para sus padres, y poder tenerlas nuevamente era el gran anhelo de todos.
La expectativa estaba latente: ¿volverían las cosas a ser como antes? ¿Habrían cambiado sus hijas? ¿Tendrían nuevos proyectos y metas para el futuro? ¿Se adaptarían nuevamente a la rutina de la vida en la ciudad?
El 2 de septiembre estaba marcado en rojo en los calendarios.
...
Sheila entró en la oficina de Mark con una gran cantidad de papeles.
—Los nuevos aspirantes—dijo dejando la pila sobre la mesa.
—Los revisaré más tarde—respondió mientras continuaba con su trabajo.
Sheila se apoyó en el marco de la puerta.
—Llevo ocho años en el barco y todavía no me acostumbro a esto...
Mark dejó su planilla de lado para prestarle atención.
Su compañera de trabajo no era de expresar sus pensamientos. Las únicas charlas que compartían eran las relacionadas a los chicos y el ministerio... las horas de evaluación y planeamiento, los problemas de aduanas y papeleos.
Al parecer esa mañana en particular necesitaba ser escuchada.
—Hablo de los cambios de grupo...—explicó Sheila ante la mirada interrogante del capitán—. Me encariño con cada joven del grupo de voluntarios... llegan a ser como hijos en cierta manera... es una gran tristeza cuando se van.
—Así es. Todos estas chicas y chicos que pasan año tras año por este barco... también son como hijos para mí. Algunos más dóciles, otros más rebeldes...
—¿Me preguntó qué será de sus vidas? ¿Habremos impactado su corazón de tal manera que al regresar hagan una verdadera diferencia?
—Creo que algunos sí, otros no... pero estoy seguro que ninguno volverá a ser el mismo después de vivir esta experiencia.
—¿Has pensado hacer algo especial este año para la despedida?—pregunto Sheila antes de marcharse.
—No, quizás le pida a Cris que se encargue con su grupo de amigos, ellos siempre tienen buenas ideas.
—Me parece bien...—afirmó Sheila—. ¿Mark?
—¿Sí?
—¿Has tenido noticias de Alex?
—Solo que llegó bien a Panamá... pero no ha vuelto a escribirme. No deja de preocuparme ese muchacho...
—Estará bien. Presiento que regresará.
—Ruego a Dios que sea así.
—Bien... te dejaré seguir trabajando—finalizó mientras salía por el pasillo.
Mark miró la pila de papeles sobre el escritorio.
Parecían una simple cantidad de hojas amontonadas, pero podía ver allí a los futuros maquinistas, cocineros, cajeros de la librería, actores de la obra de teatro...
Allí estaban los sueños de cientos de chicos de diferentes partes del mundo, que anhelaban subir a ese barco llamado Logos.
Muchos buscando el propósito para sus vidas luego de algún fracaso o desilusión; otros con un llamado firme y seguro de parte de Dios a servirle,pero siempre había algunos que escapaban de algo, Mark lo sabía.
De todos modos, a través de los años de experiencia, Dios utilizaba la vivencia del logos para transformar a unos y otros y para preparar una nueva generación de jóvenes con corazones de siervos.
Miró la pila de papeles y apoyó su mano, elevando una oración fervorosa al cielo.
—Señor, dame sabiduría para elegir a los correctos, para rechazar con justa causa a quienes no deban estar aquí, ilumina mi entendimiento y permite que el nuevo grupo de voluntarios sea de bendición a muchas personas. Amén.
...
ESTÁS LEYENDO
EL VIAJE QUE CAMBIÓ NUESTRAS VIDAS
AventureCuatro amigas deciden dedicar un año de sus vidas a servir en el barco LOGOS HOPE. Emprenden esta aventura sin comprender el alcance que tendrá para sus propias vidas y amistades. Las tormentas en el mar, los conflictos en los puertos, la cárcel y e...