CAPÍTULO 30: Despedida de España

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El Logos se despidió de Cádiz y navegó por el Mediterráneo hasta Cartagena, otro puerto de España donde permanecería dos semanas antes de partir a Barcelona, el último de los puertos de este hermoso país.

De allí, les estaba preparado el ingreso a Francia, donde los promotores, ya trabajaban para conseguir los permisos y fechas para la nueva estadía.

Cartagena y Barcelona les recibieron con gran apertura. Numerosas filas de personas se hicieron presentes desde el primer día. Y las ventas de libros fueron muchas más de las esperadas.

Los voluntarios trabajaban incansablemente para atender bien a todos los visitantes, siempre atentos a predicar a quienes llegaban día tras día.

La obra de teatro había sido todo un éxito, teniendo la sala llena en todas sus presentaciones.

Marilina y Will habían disfrutado cada una de las actuaciones. Su amistad y confianza continuaba creciendo, más desde aquel día en que Will se mostró tan comprensivo y atento con ella. Si bien las peleas y discusiones continuaban cada tanto, la mayoría eran provocadas por Will a propósito, para hacerla enojar, aunque después terminaban siempre riendo los dos.

Marilina y Cathy se habían hecho buenas amigas.

Los tres compartían lindos momentos antes y después de cada una de las presentaciones.

La librería seguía siendo la atracción principal, y para Giuly la tarea se había duplicado. Las horas de trabajo eran intensas, y los momentos de descanso escasos.

Al terminar su horario, lo único que quería era tirarse en su cama y dormir.

Con Andrew habían tenido un par de charlas, pero la relación había cambiado, dejándolos en una friendzone simplemente.

Parecía que la idea de tomar distancia y enfocarse en el servicio y propósito por el que estaban del barco había dado resultado positivo no solo para Giuly.

Mariel también había decidido marcar la distancia, además de continuar su trabajo de limpieza, se unió como voluntaria a varios trabajos fuera del barco, visitando escuelas, hospitales y comedores de niños.

De esta manera, con todas sus salidas, evitaba encontrarse con Alex.

Tiempo atrás, Andrew le había cambiado su lugar de trabajo, para que no se cruzaran en todo momento, y luego de un par de cortadas de rostro, el muchacho había parecido entender que Mariel necesitaba tiempo para perdonarlo.

Paloma y Jeremy no entraban dentro de la regla.

Su trabajo en la cocina les permitía estar juntos todos los días y compartir largas charlas mientras picaban cebollas, lavaban bandejas o pelaban papas...

Su amistad se fortalecía y las cosas en común cada día eran más.

En los pocos tiempos libres que tenían, se escapaban a la sala de reuniones, tocaban y cantaban algunas canciones de alabanza y conversaban de sus vidas.

Su pasión por la cocina y la música no era lo único que les unía. Los dos tenían un gran deseo de predicar la Palabra de Dios y pasión por la salvación de las almas, y estar en el Logos, para ellos, era parte de cumplir con esta misión.

Los días en España llegaron a su fin.

El Logos partiría a Francia. Solo Marsella sería el puerto de referencia y el Logos permanecería un mes y medio allí, como en otras oportunidades lo había hecho años atrás.

Cuando el enorme barco se puso en movimiento nuevamente, la tripulación comenzó a tener un tiempo de descanso. Ya sin sus puertas abiertas al público, el ritmo de cada día se redujo a las tareas mínimas.

EL VIAJE QUE CAMBIÓ NUESTRAS VIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora