CAPÍTULO 58: REACCIONES INCOMPRENSIBLES

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La obra de teatro terminó su última función del día.

Marilina renegaba intentando quitarse las alas del disfraz, mientras el resto del elenco estaba ocupado acomodando sus cosas para dejar todo listo para el siguiente día.

Will se acercó hacia donde ella estaba.

—Déjame ayudarte con eso—dijo tomando manos en el asunto, logrando sacar el blanco par de alas sobre la cabeza de la muchacha.

—Gracias.

Una vez que terminaron, quedaron en silencio unos segundos.

Ella no pudo evitar que sus ojos se detuvieran más de lo debido en esos finos labios que días atrás la habían besado.

Un escalofrío recorrió su espalda al recordar la calidez y el sabor de ese tímido beso.

¿Por qué cada vez que veía a Will no podía simplemente mirarlo a los ojos? ¿Por qué de golpe los labios de él resultaban ser un imán para sus ojos?

Desvió la mirada a su disfraz y siguió en la tarea de guardar y ordenar sus cosas, mientras el muchacho la seguía observando.

Will tomó aquella mirada esquiva como algo diferente.

Quizás ella no se sentía cómoda a su lado después de lo vivido en la celda de Tanger.

Su amistad se había distanciado en los últimos días. Ella parecía evitarlo, esquivarlo... y Will notaba aquella actitud.

Marilina tomó un vaso de agua que estaba sobre una mesa, su garganta estaba seca después de la obra, ¿o eran los nervios?

—Chicos, los estaba buscando—dijo Cath acercándose a ellos—, ¿les parece si vemos una película más tarde? Hoy tenemos tiempo libre.

—Me parece bien—respondió Marilina—, no tenía otro programa para esta noche—y tomó nuevamente un trago de agua.

—¿Qué tienes para ver?—cuestionó Will a su hermana.

—Tengo dos: Mi primer beso y En secreto.

Marilina se ahogó y tosió con fuerza. Casi escupe todo frente a sus amigos.

Will bajó la mirada y sonrió meneando levemente la cabeza. Mientras Cath intentaba ayudarla.

—¿Estás bien?—preguntó golpeando la espalda de su amiga—. ¿Pasó algo?

—Nada, hermanita. Solo se ahogó con un poco de agua.

—¿No les gustan románticas? ¿Prefieren una de acción?

—Quizás sería mejor—respondió el muchacho.

—Bien busquemos una que nos guste a los tres.

Caminaron en silencio detrás de Cath, cruzando alguna que otra mirada.

...

Sheila entró en la cocina. Los ayudantes y cocineros estaban en plena labor. Faltaban unas dos horas para la cena.

Caminó unos pasos hasta quedar al lado de Jeremy.

—Tu traslado fue autorizado—dijo Sheila.

—¿En serio?

Paloma levantó la vista de la tabla donde picaba unas cebollas. «¿Traslado?», se dijo a sí misma.

—Tim y Mark estuvieron de acuerdo en que comiences la próxima semana, buscaremos un reemplazo para tu puesto en la cocina.

—Gracias, Sheila—dijo Jeremy con una sonrisa.

—De nada, espero que Dios te utilice en tu nuevo trabajo.

EL VIAJE QUE CAMBIÓ NUESTRAS VIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora