CAPÍTULO 12: Encuentros Casuales

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Marilina llegaba tarde al ensayo.

Corrió desde la cocina del subsuelo donde había terminado su turno del almuerzo.

Llegó agitada hasta el auditorio, donde la mayoría estaban listos para el ensayo de la obra.

—Llegas tarde—murmuró Will a su oído.

—Estaba en mi tarea de cocina.

—Excusas, Marilyn—respondió para hacerla rabiar.

—Es la verdad, Willy.

—Seguro te demoraste conversando con alguien...

—Solo hacía mi trabajo, no tengo que darte explicaciones.

—¿Podrían dejar de pelear?—susurró Cathy—, no hay un ensayo en que actúen como dos adultos.

—Tu hermano tiene la culpa—respondió Marilina.

—"Tu hermano tiene la culpa"—imitó su voz aguda Will burlándose—, eres una niñita.

—¿Qué está pasando?—preguntó John con seriedad.

—Nada—respondieron los tres a coro.

—Pues entonces, hagan silencio y escuchen las indicaciones para que sepan qué hacer.

Tania repartió unos nuevos guiones. Esta vez estaban escritos en otro idioma.

—Una de las tareas más difíciles de los actores es que deben saber la obra en diferentes idiomas. No pretendo que sepan hablar perfectamente ese idioma, pero les ayudaremos con la fonética para que se entienda lo mejor posible—explicó John.

—Luego de los cuatro puertos españoles, el barco estará en tres puertos de Francia y dos puertos de Italia—agregó Tania—, por eso en estas hojas tienen su libreto en ambos idiomas.

—Desde mañana comenzaremos a tener clases de fonética para aprender nuestras partes. Les ruego que sean puntuales en los ensayos—enfatizó dirigiendo una mirada fulminante a Marilina—, cada minuto cuenta, y los días más cercanos al puerto duplicaremos los ensayos.

Mientras John y Tanía explicaban, el corazón de Marilina se aceleraba más y más en su interior. Su oración estaba siendo respondida. Iba a poder hacer la obra en varios idiomas y podría predicarles a niños de diferentes países.

Sonrió y cerró sus ojos para agradecer a Dios por su obra tan perfecta y maravillosa. Aquella simple y sencilla oración de niña estaba siendo respondida, aunque muchos años después. ¡Qué maravilloso es Dios y su forma de obrar!

—¿Estás dormida?—preguntó Will—, no puedes venir a los ensayos a dormir la siesta.

—Estaba hablando con...—respondió un poco molesta por la interrupción—, olvídalo... no lo entenderías.

Will la miró confundido. Se encogió de hombros y siguió escuchando las indicaciones.

...

Giuliana estaba en la cafetería. Marilina tenía que ensayar la obra y le pidió que la cubriera ese tiempo, ya que no podía faltar, no quería recibir otro reto de John.

Mientras el barco se encontraba en alta mar, no había demasiado por hacer en la librería, por esta razón la cafetería era uno de los lugares más visitados por la tripulación, allí se daban lindos momentos de charla, juegos de mesa, hasta en un rincón cantaban canciones y tenían rondas de alabanza espontáneas.

Giuly estaba apenas aprendiendo el manejo de las máquinas, Cody, uno de sus compañeros le había dado un rápido entrenamiento. Estaba preparando la tostadora para calentar unos sándwiches cuando una voz conocida sonó a la distancia. Era Andrew. Lo vio sentado en una mesita cercana a la barra junto a un grupo de muchachos. Estaban charlando y riendo. Pudo reconocer a Nick, quien era parte de su familia adoptiva, pero al resto no les conocía.

EL VIAJE QUE CAMBIÓ NUESTRAS VIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora