Prefacio.

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Ignati.

Tres años antes.

Mykonos.

¡Mierda!

Sabía que no usar condones nos traería consecuencias y ahora me siento demasiado nervioso para sentarme a hablar con Ellie de cómo será nuestro futuro y del mayor problema de todos, ese bebé que venía en camino.
¡Dios!
Mi padre va a matarme, sin darme cuenta había condenado a un pobre niño a tener que ser el primer heredero de la Bratva, luego de mi primo Sasha y eso no me gustaba para nada.

¿De qué sirve tener un coeficiente intelectual alto si me olvido lo más fácil?

Debía hablar con Ellie. Teníamos que casarnos y darle lo mejor a nuestro bebé.

Dos golpes en la puerta hacen que frunza el ceño y cuando abro la puerta me llevo la sorpresa de ver a ese linda chica de pelo negro con intensos ojos azules que demostraba enojo en su mirada y la confirmación de su cachetada lo dejaba demasiado claro.

— ¡Eres un idiota! — me grita.

— Ellie — digo llevando mi mano a mi mejilla.

— ¡A mi papá! — exclama. — No tengo idea que pasa por tu cabeza, no estoy embarazada, Ignati, pero haz jodido todo y mi padre está como loco — reclama.

— ¿No estas embarazada? — murmuro.

— ¡Qué no! — chilla.

— Tus síntomas....

— No tengo sexo contigo desde hace cuatro meses, no estoy embarazada y no tengo idea de donde sacaste eso — dice cabreada.

— Ellie ...

— Maldita seas, Ignati — grita molesta.

Por unos segundos me quedo en silencio observando como ella camina en el interior de la habitación, maldiciendo varias veces mi nombre. No digo nada, solo la miro pensando que no era linda la forma en que me trataba luego de meses sin vernos.

— ¿Me amas? — le pregunto acaparando su atención.

Sus ojos me miran y la veo cruzarse de brazos. — ¿Cómo voy a amarte? si a la primera vas y dejas que otra te chupe la polla — me reclama.

— Me dijiste que probemos tener sexo con otras personas. Querías experimentar con otros y no iba a prohibirte eso — le recuerdo.

— Quería eso, pero fuiste y dejaste que otra te chupara la polla — sisea.

— Ellie — quiero frenarla.

— ¡No! — grita llena de rabia. — ¿Por qué me haces esto? — sus ojos se llenan de lágrimas. — No puedo con esto, la distancia, tú vida en la mafia, el club que manejas. ¿Dónde quedó ahí ente todo ello? — habla.

— Son mis obligaciones, Ellie. No puedo dejar todo, estamos hablando de mi trabajo — le recuerdo.

— Quiero que lo dejes — sentencia.

La miro desconcertado, la chica que tenía enfrente mío no se parecía en nada a mi amiga.

— No puedo dejar mis obligaciones — digo suspirando.

— ¿Me amas? — pregunta.

— Desde que te conocí te amo, pero ...

— Entonces si me amas debes dejar todo — afirma secando sus lágrimas.

Me quedo en silencio procesando lo que acaba de decirme y la miro desconcertado. Ella quiere que deje todo, como si en verdad fuera fácil, además me encanta mi trabajo, la mafia y todo lo que hago en mi vida, no puedo dejarlo así como si nada.

— No puedo dejar todo, Ellie — declaro.

— ¡Entonces no me amas! — chilla.

— Estás confundiendo las cosas, te amo a tí y todo lo que hago — digo suspirando.

— Si en verdad me amarás sacrificarías lo demás por mí — acota.

— No puedo ...

— Eres demasiado egoísta, Ignati — sentencia.

¿Egoísta?

No, no lo era.

Ella estaba siendo egoísta al ponerme a elegir entre todo lo que ama, es lo mismo que yo le haga el planteo de que deje todo su amor por la moda, su trabajo y sus sueños para que siga mi camino dentro de la mafia, jamás le diría algo cómo eso.

— Tal vez soy egoísta, Ellie — respondo molesto.

— Lo eres y mucho — afirma segura.

— El amor no tendría que ser de esta forma — murmuro.

— No cuando uno de los dos es demasiado egoísta — acota.

— Claro, soy el egoísta — mascullo.

— Estas siendo irónico — dice con su ceño fruncido.

— No, solo estoy tratando de entender esto — comento suspirando.

— Esto se termina Ignati. No quiero en mi vida un hombre que no me vea como su prioridad — empieza a decirme. — se feliz, busca una mujer que quiera ser la muñeca perfecta para ti y tu mundo porque esta claro que yo no lo soy — agrega abriendo la puerta de la habitación.

Me quedo en la puerta procesando todo, mientras la observo irse por ese pasillo y suspiro sintiendo un fuerte dolor en mi pecho.

El amor no tendría que ser de esa forma.

Tal vez hoy en medio de una transición donde con Sasha estamos de a poco tomando el poder dentro de la Bratva, no podía darle la atención que ella necesitaba, pero eso no significaba que en unos meses no amoldabara mi vida para estar a su lado. Ella ahora no quería eso, no me quería en su vida.

Si no me quiere en su vida, no puedo obligarla a cambiar de parecer.

Desde los doce pensé que Ellie era mi fórmula perfecta, pero al parecer estaba equivocado.

























* Empezamos esta nueva historia del 2022 y los quiero con la cabeza abierta.

Se viene de todo, no saben lo que nos espera.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora