Ellie.
¿Qué podía salir de tomar una copa con un desconocido?
Siempre solía ser una desconfiada de primera, por el siemple hecho de todo lo que alguna vez me sucedió por confíar en las personas equivocadas en mi vida. La que consideraba mi mejor amiga me había robado mis años de trabajo en un descuido, al que debo considerar hermano mayor solo trajo molestias, fallando no solo a nuestros padres sino a toda la familia y por último el descaro de Ignati al dejar que otra le haga lo que a mi no me gusta hacer. Definitivamente mi vida estaba llena de traiciones, tenía todo el derecho del mundo en ser una desconfiada con las personas que tenga a mi alrededor.
Alesso lo conocía demasiado poco, casi nada para ser sincera. Solo era el hombre que me dió un buen polvo y a su vez no me hizo sentir absolutamente nada, solo un objeto.
Tal vez no debía juzgarlo y juro que quería no hacerlo, pero esa venita de desconfiada arruinada siempre todo a mi alrededor.
— ¿En qué piensas? — me consulta.
— En que tal vez no debía estar cenando y muchos menos bebiendo algo contigo — digo siendo sincera.
— No puedes pretender beber una copa de vino cuando tu última ingesta de comida fue hace más de siete horas, Ellie. Es insano, ¿cuántos años tienes? — pregunta frunciendo el ceño.
— Veintiséis, en un mes cumplo los veintisiete — respondo al mirarlo a los ojos.
— Tenemos la misma edad, bueno ya tengo veintisiete — comenta Alesso sonriendo.
Suspiro.
No puedo fingir algo que no soy.
— ¿Qué es lo que quieres de mí? Te dejé en claro que sexo entre nosotros es nulo — determino.
Un silencio nos abruma mientras el camarero sirve nuestros platos de comida y una copa de vino en cada uno. Cuando se retira, los ojos oscuros de Alesso se encuentran con los mios.
— ¿Quién te lastimó tanto? — cuestiona.
Frunzo mi ceño.
— Se que alguien te lastimó, no eres así porque quieres sino como un medio de defensa para que nadie te lastime — su mano se apoya sobre la mía. — No quiero lastimarte, Ellie, solo déjame cuidarte como una princesa — agrega tomando mi mano para llevarla a sus labios y dejar un suave beso.
— No necesito que nadie me cuide — determino.
Lo veo sonreír y a su vez levanta la copa. — Si que eres difícil — afirma.
Ruedo los ojos, mientras choco mi copa con la suya.
La verdad no lamento ser como soy, es mi escudo ante cualquier desilusión que puedo llevarme con las personas. La vida nos enseña que tenemos más enemigos que amigos.
— Y tú demasiado insoportable.
— ¿Insoportable? — frunce su ceño. — una copa de vino y una cena, no te estoy pidiendo nada, ni sexo ni mucho menos una relación sería, solo disfrutar la compañía una del otro — culmina suspirando.
Me cuesta creerle.
Doy un sorbo de mi copa de vino, miro alrededor de nuestro observando a familias, amigos y a parejas reirse juntos, disfrutando la velada.
¿Por qué no podía tener un poco de felicidad como tienen ellos?
El concepto de felicidad en mi caso significa trabajar, es ahí donde soy totalmente feliz.
— Ellie — la voz de Alesso me trae de mi nube de pensamientos.
Suspiro, no quiero estar aquí y mucho menos pasar tiempo a su lado.
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La Fórmula Perfecta ( 7° SAP)
RomanceSéptimo libro de la Saga Atracciones Peligrosas. Todo lo que unía a Ellie e Ignati se terminó cuando ella quiso obligarlo a dejar su vida dentro de la mafia para que se quede a su lado. Él podía amarla mucho, pero sabía que no podia dejar todo, no e...