Capítulo 45.

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Ellie.

Aunque lo niegue, se que no estaba para nada bien. Sus palabras eran mínimas, su atención no estaba al cien por ciento en el trabajo sino más bien en sus problemas y me gustaría ayudarlo solo que no tenía idea por donde empezar.
El cumpleaños de Lukyan había pasado hace una semana, se que habló con Jade y conociendo su falta de tacto sin más habrá dicho todo dejando a esa pobre mujer sorprendida además de verla dolida por la situación.

Ignati encima que es cerrado ahora estaba peor.

¿Por qué se separaron si van a estar de esta forma?

No los entiendo.

Volví a mirar mis diseños, un vestido de gala será la primera prueba para ver si funciona o no la creación de Ignati.

— ¿Iggy? — llamo su atención.

— ¿Sucede algo? — cuestiona sacando la vista de su celular.

— ¿Continuamos con el trabajo o quieres parar?

Suspira cansado. — La mujer que dejé embarazada quiere que vaya a una ecografia junto con ella ...

— ¿No quieres ir? — pregunto.

— No quiero que se confunda, crearle falsas esperanzas — acota tocando el puente de su nariz.

— ¿Quieres que te acompañe? — consulto.

— ¿Vendrías conmigo?

— Obvio que si, necesitas apoyo y creo que soy la que más sabe de esto que estás viendo...

— La verdad que si, ni a mi padre le he dicho al respecto — acota.

— ¿A qué hora es?

— En tres horas, nos da tiempo de seguir trabajando — contesta con una gran suspiro.

Ignati parece que se concentra en el trabajo, porque comienza con sus explicaciones, donde aprendo como ese polímero va ingresar en la confección sin dañar el diseño, pesadez y fluidez de cada prenda que haremos.
Quedo absolutamente perdida en sus palabras, explicaciones y la demostración.

Sin dudas es super inteligente.

— ¿Me enseñarías a disparar? — le consulto.

Habíamos usado una simple tela sin confección para probarla. En una habitación sin acústica, saco su pistola como si nada y gatilla dos veces.

— ¿Quieres? — pregunta frunciendo su ceño.

— Quiero aprender — contesto encogiendo mis hombros.

— ¿Alguna vez tomaste alguna?

—  No recuerdo, pero creo que no ...

Mi atención va de Ignati a mi celular, que me sorprende al observar que Donovan me está llamando. Es demasiado raro, por eso me levanto para alejarme unos metros para contestarle.

— ¿Estás bien? — le consulto.

No — es lo primero que me contesta. — ¿Podemos vernos en Milán? Necesito hablar con alguien sino voy a volverme loco — agrega suspirando.

— No puedo ir a Milán, tengo trabajo en Moscú ...

Pasame tu dirección que iré para allá, necesito respirar otro aire — acota.

— ¿Qué te tiene asi?

Lo mismo de siempre — murmura.

Eso solo significaba que su problema tenía un nombre que lo vuelve loco hace muchos años.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora