Capítulo 22.

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Ellie.

Mykonos.

Se podría decir que odiaba estar de vacaciones, hace tres años que no descansaba y me estaban obligando a que atrase mis obligaciones para disfrutar de la despedida de soltera de Mackenzie. También odio el hecho de estar en esta ciudad, de compartir esto junto con Ignati, su prometida y mi hermano, las tres personas que más odio en estos momentos. Cuando llegamos al hotel, al primero que vi fue a él, sentí tanto malestar como ganas de sentarme a hablar a su lado, ni yo me entiendo.

Siento que cada día estoy peor.

Estar en este lugar no ayuda para nada, Mykonos fue donde todo terminó e Ignati no hizo nada para retenerme sino que dejó que me vaya sin decir adiós. Gran parte de esto es su culpa, además sumenos el hecho que no sabe estar solo por eso terminó con esa rubia en su vida.

Odio a Ignati.

Odio todo lo que me hace sentir.

— Sabes que tienes una linda sonrisa — comenta Kate sentándose a mi lado en el restaurante del hotel.

— Odio sonreír — contesto chasqueando la lengua.

— Buenos días — saluda Faith.

— Sin dudas amo tu organización, desde principio a fin se notan cada uno de los detalles — acota Katherine a mi hermana.

Faith seguía sin hablarme, la verdad no me interesaba si seguía molesta o no, tengo más problemas que soportar su indiferencia.

— Lo mejor para Inzie — afirma ella sonriendo.

Mackenzie llega a nuestra mesa, su rostro solo muestra felicidad y ver su sonrisa hace que mi malhumor cambien, no quiero arruinar su despedida de soltera por mi insufrible forma de ser.

— Son las mejores — dice agrandando su sonrisa.

— Te pido tres mimosas y un zumo de naranja — le pide Faith a la chica del restaurante.

— Mejor dos mimosas y dos zumos de naranja — interviene Kate.

La chica asiente y se retira.

— ¿Por qué no bebes? — le pregunto.

— Lo iba a decir luego, pero — hace un silencio y nos mira a las tres. — estoy embarazada de ocho semanas — agrega provocando el chillido de Faith e Inzie.

Katherine otra vez embarazada.

— Vamos a pasar el embarazo juntas — dice mi prima abrazando a Kate.

— Queremos una mini Kate — pide mi hermana al felicitarla.

Otro embarazo en la familia, solo faltaba que Faith se una al club y sería combo lleno.

— Como les gusta ser madre — me quejo.

— En algún momento pasarás por eso y verás como un hijo te cambia la vida — argumenta Kate.

Solo ruedo los ojos, en mi cabeza no esta ese concepto de ser madre, no necesito un hijo ni un hombre para vivir, sola y con mi trabajo me alcanza para ser feliz a mi manera.

Mis hijos son mis diseños.

Nos traen las mimosas y los zumo de naranja para las embarazadas, Inzie les pide si podrían traerle tomates porque es lo único que quiere para el desayuno.

Demasiado asqueroso su antojo.

— Brindemos por Inzie y su boda — habla mi hermana chocando su copa entre todas.

— Brindemos por Kate y su nuevo bebé — dice Mackenzie.

Ellas siempre tenían motivos solo para festejar. Son perfectas, por ende tenían vidas perfectas

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora