Capítulo 2.

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Ellie.

Los Salvatore traemos algo malo en nuestra genética, somos celosos, posesivos y cargamos un carácter de los mil demonios  ademas si algo se nos mete en la cabeza no nos detenemos ni rendimos hasta conseguirlo, como por ejemplo ahora mi vida tenia un sólo objetivo ser la mejor en la Fashion Week y por ende mi lunáticos diseño, los cuales mantenia bajo siete llaves, saldran a la luz esa semana para enamorar al mundo con lo mejor que se hacer, crear y diseñar.
Solo que ahora tenia una pequeña idea en mi cabeza, no era algo relacionado con la moda sino con buscar seducir a Ignati, no me gusta que este con esa rubia superficial, no es la mujer para él.

¿Está mal meterse en una relación?

Mi lado malo me dice que vaya y lo haga, que deje en claro que ese hombre es solo mío, pero después tengo mi lado bueno, el más sensato, que me impide que haga algo como eso, que no me gustaria que otra
venga y me haga lo mismo.

Creo que debia olvidarme por completo de Ignati.

¡No!

No quiero olvidarme de él, lo quiero para mi y nadie más.

— ¿Se puede saber que es eso urgente que quieres hablar conmigo? — dice Faith, mi hermana entrando con su llave a mi departamento.

— ¡Menos mal estás aqui! — exclamo aliviada de verla.

— Por tu cara debe ser algo importante — comenta mi hermana preocupada.

No soy una persona de pedir ayuda, mucho menos demostrar sentimientos, no me interesa que otros sepan lo que me sucede y es por eso que soy una caja hermética que no demuestra sus sentimientos.

— Vi a Ignati — le cuento entregandole una copa de vino.

— Si, esta en Chicago hace una semana. Estuvimos cenando con él hace tres noches atrás — me cuenta ella como si nada.

— ¡Qué! — exclamo. — ¿Por qué no me dijiste que estaba aquí? — pregunto molesta.

— Ellie te lo dije y te invité a la cena — contesta dando un sorbo a su copa.

— No lo recuerdo...

— Seré una perra contigo pero nada mejor que escuchar esto de tu hermana — habla. — Ellie hace tres años que estas aislada del mundo, no eres la misma, solo un persona obsesiva con el trabajo — afirma.

— No es cierto — contraataco.

— ¿Dime cuándo fue la última vez que pasaste tiempo con nuestros sobrinos? — pregunta.

— Ellos viven en la otra punta del mundo — me justifico.

— Eso es una excusa, te pierdes de verlos crecer. Cadin y Minerva están en una edad preciosa, se aprende tanto de ellos. Mi vida puede ser un caos, tener demasiado trabajo, pero me tomo mi tiempo para viajar, estar con mis hermanos o primos, reirme con cada miembro de nuestra enorme familia, disfrutar de mis sobrinos, conocer nuevas ciudades, sentarme en una cafetería a disfrutar un cafe, ligar con un desconocido...

— Mi tiempo es oro, Faith — la interrumpo.

— ¿Y cuándo disfrutas de la vida? — consulta.

¿Disfrutar de la vida?

— Mi vida es la moda — afirmo.

— Y ahi tienes la respuesta de porque estas sola — declara levantando su copa.

— No se para que te llamé — gruño.

— Porque estas sola — me recuerda.

— A mi no me gusta ir por la vida follando con desconocidos — mascullo.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora