Capítulo 39.

4.1K 691 82
                                    

Ellie.

Tres años después.

Mi primer tatuaje.

Un segundo tatuaje.

Un corte de cabello.

Correr una maratón.

Un curso de pastelería en París.

Un crucero por la costa amalfitana.

Bungee jumping del puente más alto de todo el mundo en Australia.

Conocí el Machu Picchu.

Me sumergí con delfines y nade con tiburones.

Mi tercer tatuajes y creo que vendrían más.

Estos años fueron de pura exploración y reencontrarme conmigo misma. Sin familia, sin pensar en trabajo, solo con mi valija y pasaporte cruzando diferente fronteras, descubriendo lo maravilloso que puede ser la vida si nos arriesgamos a no tener miedo y no pensar en lo que puedan decir.

La libertad es algo inexplicable.

Respecto a mi salud voy bien, la medicación es mi fuente de control y día por medio tengo terapia via videollamadas con mi psiquiatra, pero mientras no haga ningún cambio excéntrico en mi tratamiento y pueda lidiar con mis problemas internos que suelen aparecer, todo va en orden.

Nunca fui tan feliz como lo soy en estos momentos.

— Bonita — dice Juliette buscándome en su departamento.

Es mi último día en Francia porque voy al cumpleaños y bautismo de mi ahijado. Después de varios meses sin verlo, porque estuve descubriendo el mundo que recién voy a empezarme a involucrarme más en la familia. Volveré a Chicago en unas semanas, compartir tiempo con mis padres, hermanos y mis nuevos sobrinos, además de volver a involucrarme de nuevo en mi profesión, la fashion week estaba más cerca de lo que recordaba, lo que significaba que era mi momento de sacar todos esos diseños para mostrarle al mundo que soy y seré la mejor influyente de la moda.

— Gracias por todo — le digo al dejar un beso en sus labios.

— Te voy a extrañar, bonita — agrega haciendo un tierno mohin que me hace sonreir.

Juliette no solo es una gran amiga, sino una de las que me ayudo a descubrir como amarme a mi misma, satisfacerme sola y también la que me llevó a experimentar el estar con una mujer, me quitó prejuicios.
No me considero homo ni hetero, sino una persona que le gusta amar sin prejuicios, descubrir, experimentar y volver a amar.

En el aeropuerto vuelvo a despedirme de mi amiga y amante, sabiendo que este sería nuestro fin, pero tal vez en algún momento volvamos a reencontrarnos. La vida es tan loca, que todo puede ser, sin embargo este es el fin para lo lindo que tuvimos estos cuatros meses. Por eso sin ver atrás camino por el esa larga plataforma para no mirar a atrás y seguir mi rumbo, Moscú.
Lista para enfrentar mis miedos, el reencontrarme con personas que no se nada hace años y sobre todo a cerrar una historia con muchos perdones de por medio.

Moscú será el último cambio de mi vida.

***

Moscú.

Unas horas después bajaba en la ciudad, disfrutando de ese vientro frío y sintiéndome plena, sin miedo ni temores.
Tomé mi valija de la zona de desembarque, miré mi celular con la intención de pedir un auto para llevarme al hotel más cercano. Mi idea es avisarle mañana a Inzie que llegue, asi me busca y puede llevarme a su inmenso castillo, pero con solo salir del aeropuerto, ver a mi prima apoyada en el vehículo me hace sonreír, siempre está a un paso de todo.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora