Capítulo 34.

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Ellie.

Otro mes que pasaba en está institución, no se si estaba mejorando, pero si me sentía en paz conmigo misma cada día. La organización de mi medicación a diario servía para mantener en control mis voces internas y el estar lejos del trabajo, me tenía un poco más tranquila y menos ansiosa, además de las terapias diarias.
A veces siento que no tengo idea como soy, ni mi personalidad en concreta porque desde pequeña lucho con muchas de esas diferentes formas que tengo de ser.

Es demasiado difícil estar en mis zapatos.

Gran parte de aceptar el tratamiento e internarme por voluntad propia es para sanar, aprender a convivir con mis enfermedades mentales y encontrar un nuevo propósito en mi vida. Siempre dije que lo más importante de mi vida es el trabajo, la moda y mi atelier, solo que desde el momento que mi supuesta mejor amiga robo mis años de trabajo e ideas fue el gran punto de quiebre de todo, desde ahí hice muchas cosas para dañar a las personas fingiendo protegerme, solo que no era tan así como pensaba porque en ese camino me perdí muchas cosas, momentos familiares, el estar presente como tía y el disfrutar la vida en sí.

Perdí casi todo por refugiarme en el trabajo, porque después de todo sigo estancada como el día que robaron todo mis años de esfuerzo.

Todo en verdad pasa por algo, si esto es parte de mi aprendizaje debo tomar muchas cosas que no quiero o deseo repetir para no dañar a nadie más ni mucho menos sufrir como lo hice.

Poquito a poquito estoy construyendo a una nueva Ellie.

— Ellie — ingresa Jordania, una de las enfermeras del ala donde me encuentro.

— ¿Tengo terapia? — consulto frunciendo el ceño.

— No — planta una gran sonrisa en su rostro. — Tienes visitas — agrega tomándome por sorpresa.

— ¿Visitas? — murmuro. — Pensé que todavía no era el momento...

— Eras tú la que lo frenaba, pero la doctora  Stole, aceptó la visita de tu familia ayer por la tarde y ya está aquí con una gran compañía — comenta sin borrar su sonrisa.

— ¿Quién vino?

— Ve averiguarlo — acota.

Acomodo mi cabello, miro mi uniforme blanco y siento que estoy lista para saber quien es mi primera visita. Creo que dentro mío siento que deben ser mis padres, de seguro que cuando autorizaron las visitas habrán tomado el primer vuelo a Dinamarca. Quiero verlos, sentir un sincero abrazo de ellos dos y me siento feliz de poder verlos de nuevo.

Mi madre es una guerrera por completo porque nunca bajo los brazos ni se rindió con nosotros, sobretodo con Cayden y conmigo, que somos los más complicados de la familia.

— Dijieron que tengo visitas — le hablo al señor de la recepción.

— Si, en la sala de visitas — contesta al marcarme el final del pasillo.

Desde el interior veo la gran cantidad de hombres postados en el exterior, mirando con control el alrededor. Creo que no tengo muchas opciones para deducir quien podría estar en este lugar siendo mi primera visita.
Cuando abro la puerta, ella está ahí sentada en una de las sillas cargando a su bebé.

— Inzie  — murmuro sorprendido.

— Hola Ellie — saluda sonriendo.

— Ya nació — digo acercandome a ella.

La última vez que nos habíamos visto, Mackenzie estaba embarazada de cuatro meses y ahora ella estaba aquí con su bebé en brazos.

— Alguien quería conocer a su madrina — afirma.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora