Capítulo 44.

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Ignati.

Aunque uno luche con la idea de preservar un matrimonio por la familia, a veces no se puede. No es que no amo a Jade sino todo lo contrario, es la mujer de mi vida, la más importante junto con mi hija, sin embargo la monotonía, la distancia, nuestra manera de protegernos mutuamente nos hizo ver a ambos que somos más amigos que marido y mujer, que aunque no estemos juntos seguimos siendo una familia.

Amira y Valentino nos van a unir de por vida.

No me arrepiento de nada a su lado, fueron los mejores diez años más felices y jamás diría que fue un error, sino todo fue un acierto. Conocernos, ser amigos, pareja, unirnos para ser padres y tal vez la mitad uno del otro, pero cuando las cosas no funcionan o mejor dicho ambos nos empezamos a sentir más dos mejores amigos que vivian juntos fue la decisión más sana dar por finalizado nuestro matrimonio, preservando todo y el bienestar de nuestros pequeños niños.

Un divorcio no es fácil, además de ver como Jade se ponía al no poder controlar la idea que Amira se mude conmigo a Moscú. Conocíamos muy bien a esa pequeña copia nuestra y cuando tiene algo en la cabeza es imposible sacarla de esa decisión, lo único que la frenaba es que el año escolar ya había comenzado en Calabria así que no podía irse sin finalizar las clases por ende el próximo año se podrá venir a vivir conmigo como tanto desea.
Aunque conociendo como es mi hija después de que se entere de lo que hice dudo que quiera volverme a hablar, soy una de las personas más controladoras que existe y una noche de borrachera en un bar junto con una desconocida tuve un momento de intimidad donde se rompió el condón, en ese momento no me di cuenta de la situación hasta que hace unas semanas la mujer me buscó diciendo que está embarazada y que es mío.

No quería más hijos y ahi vive el karma a darme otro.

Tampoco podía estar al cien por ciento que ese bebé es mío, no cuando no tengo idea ni quien es su madre y su vida.

Definitivamente Jade va a matarme.

Amira va a odiarme.

— Iggy — dicen detrás mío.

No respondo sigo mirando esa tienda de bebés en el centro comercial de Katherine y Noah en Moscú.

— Seré padre de nuevo — murmuro.

Me odio.

Es difícil decirlo y más complicado aceptarlo.

— Felicidades para tí y Jade — escucho a Ellie.

— No lo sabes — acoto al mirarla a los ojos.

— ¿Qué? — cuestiona confundida.

— Jade y yo estamos divorciados hace siete meses — le cuento suspirando.

Solo siete meses de nuestro divorcio y yo rompía con cada una de las palabras que le hice cuando nos separamos. Se que tenemos el derecho de rehacer nuestras vida, sin embargo sentía como si la estuviera traicionando.

Ellie se queda en silencio y no dice nada, solo comienzo a caminar en dirección contraria tratando de huir de mis problemas.

— Ignati — escucho su voz. Me toma del brazo para que me detenga. — Creo que necesitas un café y hablar ...

— Suéltame — le pido.

— Iggy necesitas compañía — contesta al soltar su agarre.

— ¿Qué carajos haces en Moscú?

— Mañana es el cumple de Lukyan — me recuerda haciendo que cierre los ojos.

No solo soy un mal padre, sino también un espantoso padrino.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora