Capítulo 12.

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Ignati.

Seguía sin comprender el porqué Cayden había dejado con vida a Emilia, cuando todos sabemos que no debía hacerlo y eso que el infeliz de Donovan Fiore tenía algo que le pertenece a La Garduña no es una excusa válida, porque ahora todos estaban en peligro, empezando por su familia y la mía. Ahora debemos lidiar con asuntos que debían estar enterrados a diez metro bajo tierra.

Me molesta mucho esto.

Cayden debía ir por Emilia mientras que a nosotros no tocaba encontrar al bastardo que lastimó a mi prometida y espero hacerlo pronto, ya mi cabeza estaba maquinando las torturas que pondría sobre él. Tampoco debía dejar que se entere de la existencia de Valentino y por eso tenía que hablar con Jade respecto a este tema que nos incumbe a los dos.

— ¿Viste esto? — inquiere Noah pasando su celular a Cayden.

Por simple curiosidad observo lo que él está leyendo y silbo sorprendido por lo que dice esa noticia de esa página de Internet.

— ¿Desde cuándo Faith y Dylan salen? — pregunto.

— ¿Faith y Dylan? — cuestiona Sasha prestando atención.

— Bajaré todo esto de internet. Dicen que mi hermana y Dylan están en una relación incestuosa por ser primos ...

— Pero no son primos de sangre — acoto.

— ¿Será que Jade podrá eximir esto de la red? — me pregunta Cayden.

— Primero iremos por lo legal, pero para ello primero debes hablar con Dylan y Faith, así aclarar las cosas, porque no sabemos el contexto de esto — determina Noah.

Cayden marca el número de su hermana menor y Noah es el encargado de comunicarse con Dylan. Los vemos desaparecer mientras me quedo con mi primo que está perdido en su teléfono. Cuando veo una llamada entrante de Lucía me alejo para contestarle.

— ¿Qué sucede? — hablo.

Tengo un problema ...

— ¿Qué sucede con Valentino?

Lucía, mi hermanastra es la que cuida a Valentino y es de nuestra suma confianza, aunque Sasha no la aguanta por lo que hizo en el pasado, creo que todos tienen la oportunidad de mostrar que pueden cambiar y ella no es mala, sino confiará en Lucía no sería la que cuide a nuestro hijo.

Quiere hablar contigo y está en una crisis de llanto — me informa tras un largo suspiro.

Pongo el teléfono en video llamado, donde Lucía se acerca a donde Valentino llora desconsoladamente.

— Hijo — lo llamo.

Rápidamente levanta su rostro para mostrarme sus lágrimas, su cara roja e inflamada de tanto llorar.

Es una mini copia de su madre.

¿Papi? — cuestiona tomando el celular en sus manos.

— ¿Qué está sucediendo? — pregunto.

Él sorbe su nariz.

Extraño a mami y a tí. — pasa su mano por su nariz. — ¿Ya no me aman? — pregunta haciendo un tierno mohin.

— Nosotros con mami te amamos, hijo. Solo espera unos días más que volveremos y te llevaré para que conozcas al nono Gerónimo — le cuento.

¿Al nonno?

— Si, a él — afirmo mirando su sonrisa.

¿A la nonna? ¿Y zio Vitto?

— Si, a ellos también, pero debes portarte bien con la tía Lucía — le pido.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora