Capítulo 6.

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Ignati.

No si es la desaparición de quererme para ella que la lleva hacer locuras, Ellie no es así. Esa forma que trata de mostrar es la que más me aleja de su lado. Hasta siento que perdió la cordura, quiere jugar con fuego y la unica que saldrá quemada es ella por la simple razón que no pienso dejar a Jade, para ser el capricho inmaduro de una Salvatore.
Años aguante sus destratos, sus desplantes, sus inmensos cambios de humor y en todas estuve ahí, solo que como dije o tal vez sea un poco mi orgullo, pero a la vez esos sentimientos que siguen presentes son los que la que la frenan.

No quiero lastimarla.

No quiero que se sienta usada solo por un beso o por sexo.

— Es una inmadura — la voz de Jade me saca de mis pensamientos.

— Jade — la reniego.

— ¿Cuánto años tiene?  — consulta soltando mi mano de la suya.

— Cumple vientisiete en Agosto de este año ...

— Tengo razón, es una inmadura. Tengo veintidós años y soy muy más madura e inteligente....

— No hables mal de ella, es mi amiga — la freno.

No me gusta ni que Jade hable mal de Ellie y mucho menos Ellie de Jade.

— La sigues amando — afirma mientras se cruza de brazo y camina a mi lado.

— ¿Estás enojada? — pregunto sorprendido.

— ¿Qué si lo estoy? — me desafia.

— Dijiste que los celos estan sobrevalorados. En estos años juntos nunca fuiste celosa ...

— ¡Y lo están! — exclama mirándome de la peor manera.

— ¿Y entonces?.

— Tenemos un pacto — declara.

Si, tenemos un pacto y soy un hombre de palabras. Nada podría cambiar nuestra idea de contraer matrimonio, porque es así como lo elegimos. Nos llevamos bien, no solo como pareja, somos amigos, el sexo es  sublime y nos complementamos mutuamente en diferentes aspectos que es lo que hace que seamos de esta forma.

— Soy un hombre de palabra, dolcezza — afirmo atrayendo su cuerpo al mío para abrazarla.

— No me molesta que ella quiere seducirte, puedes follartela si quieres, solo sabes muy bien que eso traera muchas consecuencias....

— No voy a follar a Ellie, generar un vínculo como ese es confundirla porque no pienso dejarte a tí para volver a esa relación de mierda que ella desea — digo chasqueando la lengua.

— Il mio topolino — murmura mi chica abrazándome.

— ¿Esos fueron celos? — bromeo y ella clava uno de sus dedos en mi costilla haciendome quejar.

— No son celos — gruñe.

— Simpre tan amorosa, dolcezza — afirmo sobando el lugar.

— No son celos, solo me molesta ese comportamiento infantil que tiene. Ella busca separarnos y yo en verdad disfrutaba ver como te tenía en contra de esa pared, no es por ofenderla, pero siento que tiene una mente tan retrograda que me encantaría acomodar con todo gusto — declara Jade volviendo a entrelazar nuestras manos.

— Tus acomodo de ideas son letales — acoto suspirando.

— Que no me busque porque no sabe a quien puede encontrar — asegura.

— Mejor dejemos en el olvido esto, fue divertido, pero no volveré a caer en sus juegos de seducción...

— Ella no sabe seducir.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora