Ellie.
¿Por qué dejé que esto suceda?
No soy de esta forma y ahora me encontraba en la cama de un desconocido después de tener sexo incipido con muchas ganas de llorar por sentirme sucia.
Cuando Ignati se fue con su prometida la rabia sumado a dos copas de más de alcohol me llevaron a dejar que ese extraño me seduzca y encontra de todo lo que una vez dije, accedí a que vinieramos a su departamento. El sexo sin sentimientos no es nada, tal vez nadie entienda mi punto, pero de esta forma no disfruto sino que todo lo contrario lo sufro.No soy asi.
Faith e Inzie intentaron detenerme, que no haga algo que sabía que ocasionaría esto, sentirme como la mierda minutos después de probar que podía cambiar.
¿Por qué quería cambiar?
Debía escucharlas, ahora no estaria de esta forma, tomando mi vestido y tacones para huir de este hombre. Sequé mis lágrimas mientras bajaba las escaleras, no soy así y aunque lo permití, tenía la sensación que me habían forzado a tener sexo.
— Oye, espera — toman mi brazo y grito aterrada mientras golpeo al extraño que me mira sorprendido.
Suelta su agarre para dejarme bajar las escaleras corriendo a la acera para tomar el primer taxi que justo se detiene en la avenida.
¿Qué hiciste Ellie?
— ¿Esta bien, señorita? — consulta el taxista al verme romper en llanto.
— No, solo quiero ir a la casa de mis padres — murmuro entre lágrimas.
— ¿No quiere ir al hospital? — pregunta preocupado.
Niego secando el desastre de lágrimas en mi rostro mientras como puedo le doy la dirección de la casa de mis padres.
El señor no dice nada, me lleva a las afuera de la ciudad, entrando a la urbanización de alta sociedad donde papá y mamá tienen una gran casa. Todo parece eterno, no puedo parar de llorar, soy un asco.— Señorita — me habla el señor. — Llegamos — anuncia.
Tomo unos billetes para pagar y no espero el cambio. Bajo corriendo a la entrada. Toco timbre desesperada, son las cuatro de la mañana y cuando las grandes rejas se abren, solo puedo correr mientras observo como papá viene a mi encuentro.
— Ellie, hija ¿que sucede? — pregunta alterado tomando mi rostro entre sus manos.
— Solo necesito un abrazo y que me digas que estaré bien — suplico rompiendo en llanto sobre su pecho.
— Papá está contigo, sea lo que sea. Aquí estoy — dice al estrecharme más entre sus brazos sin evitar mis lágrimas de angustia.
Creo que por unos largos minutos permanezco abrazada a mi padre y cuando logro calmarme, con su ayuda entramos lentamente a casa. Donde una dormida mamá abre los ojos asustada al verme ingresar como lo hago.
— Cariño — la veo que sus ojos se cristalizan y no duda en ser ahora ella la que me abraza.
Papá y mamá no dicen nada, dejan que me calme, me preparan un café mientras ellos estan a mi lado, cada uno sosteniendo mi mano. No soy nada sin su apoyo.
— ¿Alguien te lastimó? — indaga papá.
Puedo sentir que esta conteniendo su preocupación y sobre todo su ira. No debe ser nada lindo ver llegar en esas condiciones a una hija.
— Hice una pendejada y ahora me arrepiento — murmuro terminando de secar mis lágrimas.
— ¿Debo matar a alguien? ¿O mandar a tu hermano que lo haga? — quiere saber tenso.
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La Fórmula Perfecta ( 7° SAP)
RomanceSéptimo libro de la Saga Atracciones Peligrosas. Todo lo que unía a Ellie e Ignati se terminó cuando ella quiso obligarlo a dejar su vida dentro de la mafia para que se quede a su lado. Él podía amarla mucho, pero sabía que no podia dejar todo, no e...