Capítulo 8.

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Ellie.

Estaba al punto del colapso, sobre todo desde el día que escuche de la boca de Ignati que ama a su prometida y sumen el hecho que perdieron un bebé. Nada lindo, por eso había decidido cargarme de más trabajo para no pensar en cosas que podrían afectar mi eje.

Diseñar es mi cable a tierra.

No podía dejar de lado el vestido de novia de Inzie o el de las damas de honor por una pena amorosa. No iba a permitirme eso de dejar que me afecte, porque las esperanzas de que Ignati vuelva a mí son mínima, pero no imposible. Mi corazón me decía que no me rinda, que estaba siendo mi oportunidad de usar su perdida como punto de debilidad de ambos para lograr acercarme más a él.

Es mi oportunidad.

— Ellie — escucho que dice Mackenzie. Levanto mi vista para observar a mi prima que mira con adoración su vestido de novia, me faltan unos cuantos detalles todavía, pero se que quedará perfecto como toda reina se merece.

— ¿Te gusta?

— ¡Dios, Ellie! Esta quedando mucho mejor de lo que imaginaba — sentencia llegando a mi lado.

— Espera que tenga todos los apliques de diamante que quieres. Será un gran vestido, solo me preocupa que sea demasiado pesado y tu embarazo ...

— Estoy embarazada, no invalida — contraataca rodando los ojos.

— Solo quiero cuidar tu vientre — reconozco preocupada.

La dimensión del tamaño del vestido era extravagante, su peso luego de poner cada pequeño diamante, sumado la cola del vestido y el velo, dejaría el peso de otra persona sobre el cuerpo de Inzie, lo que hace verdaderamente preocuparme de no lastimar al bebé en el proceso.

— Déjame decirte que ya lo amo — afirma.

Inzie no escuchó nada, pero de igual forma debo buscar una solución.

— Me alegra, Inzie — acoto sonriendo. — ¿A qué debo tu visita en mi atelier? — inquiero dejando de lado todo.

— Faith dice que no va ser mi dama de honor porque tiene que dirigir todo y su afán de tener el control no la dejaría tranquila — comenta rodando sus ojos.

Las Salvatore somos un poco exigentes con el tema del trabajo y sobre todo del control, mi hermana es la que debe digitar que todo salga perfecto en la boda de nuestra prima, que será un gran acontecimiento.

— ¿Y que hago con su vestido? — inquiero.

— Jade será mi dama de honor — determina.

¡Genial!

No digo nada, solo suspiro con resignación.

— Tiene que venir a probarse el vestido para saber si le quedan las medidas ....

— Ella esta viviendo en mi casa, podrías pasar por la tarde y hacemos lo de las medidas. No creo que haya mucho que modificar, el cuerpo de Jade es casi parecido al de Faith — acota Inzie.

— Solo lo hago por tí — murmuro frustrada.

— Lo sé y por eso lo valoro mucho — contesta dándome un calido abrazo.

— ¡Jefa! — grita Angela, una de las chicas que trabaja conmigo.

— ¿Qué sucede? — le pregunto.

— Un chico quiere hablar contigo — me informa.

Frunzo mi ceño.

— Hazlo pasar al salón de reunión — ordeno.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora