Capítulo 42.

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Ellie.

Parte de madurar, sanar y avanzar es compartir cosas con las personas que hice y me hicieron daño. El bautismo de Lukyan estaba siendo precioso, todos disfrutamos de la hermosa fiesta que Mackenzie junto con Sasha estaban realizando en su gran castillo.

Oficialmente madrina de Lukyan.

Desde donde me encontraba parada podía observar a cada uno de ellos, disfrutar de una fiesta familiar es un gran avance de mi parte, porque antes las padecía a tal punto que vivía molesta, hoy es totalmente diferente en todos los sentidos.

Amo mi nueva versión.

— ¿No vas a bailar? — inquiere Donovan a mi lado.

— Solo si bailó contigo — contesto.

— Olvídate, yo no bailo — acota con seguridad.

— Odioso.

— Quisquillosa — dice y se queda en silencio mirando al frente. Miro en esa dirección para observar que Ignati carga a Amira en sus brazos y Jade los abraza mientras bailan los tres juntos.

No puedo negar que es una hermosa imagen.

— Sigues enamorado de ella — afirmo.

— Cada año es imposible sacarla de mi cabeza — comenta suspirando.

Apoyo mi mano en su hombro. — En algún momento debes superarlo, son tan fuertes juntos que nada hará que se separen.

— Lo único que puede separarlos es si ellos no desean estar más juntos — murmura tomando su vaso de whisky.

Solo ellos tienen la última decisión para su relación, nosotros somos espectadores de la hermosa familia que son y del solido matrimonio que tienen hace años.

— Supongo que en algún momento nos tocará ser protagonistas de una historia de amor — acoto viendo como rueda los ojos.

— Manina — dice Lukyan llegando a donde estoy parada y estira mi mano para que la tome. Sonríe porque nos ponemos a bailar con las demás personas a nuestro lado.

Tal vez no tenga un amor bonito, pero si un precioso ahijado que me saca a bailar, que hermosa mi suerte.

— ¡Luky! — chilla Amira revolviendose de los brazos de su padre.

— No Ami — se queja mi ahijado.

La pequeña rubia llega a nuestro lado, Lukyan hace que la ignora, solo que tomo la mano de ella para que bailemos los tres juntos. Ellos se ríen, los hago girar y girar, saltamos, parecemos tres niños pequeños, sin embargo no puedo negar como disfruto de este momento.
Amira se refiega sus ojos, la cargo en mis brazos buscando a sus padres, veo a Jade sola y me acerco a ella, mi ahijado se reencuentra con Felipe y salen corriendo para seguir jugando.

— Mami — murmura la pequeña.

— Tiene sueño — le hablo a Jade.

— Gracias, Ellie — dice al tomarla de mis brazos.

— Mami — repite su hija.

— Aquí estoy, cariño — murmura al sentarse en esa silla para recostarla entre sus brazos.

Quiero retirarme, la miro y definitivamente esta mujer es hermosa, demasiado hermosa.

— Creo que deberías hablar — dice ella al mirarme a los ojos.

— Creo que si, no se si es momento para hacerlo.

— Mañana nos volvemos a Calabria, es ahora o nunca — determina.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora