Capítulo 21.

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Ignati.

La idea de tener que viajar a Mykonos no me agrababa demasiado, no soy fan de las playas y del que el sol le dé mucho a mi piel, pero en cierto punto no tenía opciones para negarme a no ir a esta despedida de solteros que Faith había organizado para Sasha e Inzie, Jade tampoco no me dió chances de negarme porque decía que debíamos estar presente en representación de ambos, cosa que era innecesario, ya que si hablaba con mi primo él sin problemas entendería mi punto sobre no ser participe de esa demencial fiesta de solteros.

No quiero ir.

Algo dentro mío dice que todo será problemas, solo que no encuentro la excusa para evitar ir a esa dichosa ciudad de Grecia.

Jade se remueve entre mis brazos, sin abrir los ojos la veo sonreír y beso su mejilla mientras se termina de desperta.

— Buenos días — murmuro.

— Buenos días, cariño — responde observándome con sus precioso ojos verdes.

— ¿Cómo te sientes? — consulto.

— Tengo una zona del cuerpo demasiada entumecida, si que me diste duro — acota divertida.

— No recuerdo quejarte anoche — comento besando la curvatura de su cuello, escuchando su risa.

— Pongamos ropa que en cualquier momento tenemos a Valentino entrando por nuestra habitación — dice saliendo de mis brazos para ir al baño.

Ahora que Valentino dormía de corrido en su propia cama, nos daba los momentos justos para divertirnos con Jade, luego de los intensos días laborales que estábamos teniendo. Sasha sabía que seguía en Calabria, terminando de ayudar a mi prometida a que ponga en orden su organización y que hasta que no vea que todo esté seguro no pretendía volver, menos mal que mi primo entendía mi punto, sobre todo cuando se trataba de mi familia.

— Natasha contrató una wedding planer para nuestra boda, antes que subas al avión  rumbo a Mykonos tenemos una reunión con ella — me cuenta saliendo del baño con ropa puesta y se vuelve acostar a mi lado.
Agarro mi pantalón junto con mi bóxer para colocarme, mientras ingreso al sanitario escucho la risa de Valentino del otro lado y cuando salgo ya lo tenemos metido en la cama.

— Hola papi — me saluda.

Me acerco para dejar un beso en su frente.

— Buenos días, hijo.

Jade lo atrae a ella, comienza a llenarlo de besos y nuestro hijo ríe a carcajadas. Sentado en la cama observo esa imagen, sintiéndome orgulloso de ser parte de esto, de nunca soltar la mano de Jade y ella la mía, porque a pesar de ser como somos también nos merecemos cosas lindas en la vida, Valentino es eso y el único que pueda sacarme mi lado más humano cuando con sus tiernos ojitos me observan como lo hacen.

Jamás imaginé ser padre, pero debo afirmar que es la mejor sensación del mundo.

Horas después Gerónimo aprovecha que tiene una reunión se lleva a Vitto y Valentino insiste en ir con ellos ganando a la severidad de su abuelo que sin discutar ni nada toma la mano de su nieto para llevarlos con ello.

— Me gustaría ver a tu padre modo abuelo — dice tía Natasha.

— Se hace el duro como Gerónimo, pero en el momento que Valentino le dice abuelito Gauss pierde todo ese aura de mafioso y se vuelve un abuelo consentidor de su nieto —  le cuento.

Mi padre podría ser un letal abogado de la mafia, el rey del inframundo y un despiadado mafioso de La Bratva, solo que tiene varias debilidades, mi madrastra, mis hermanas gemelas y Valentino, si alguno de ellos le pide que baje la luna o le traiga el desierto de Sáhara, él no dudaría en hacerlo con tal de verlos feliz.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora