Capítulo 13.

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Ellie.

Mis manos temblaban mientras ese vehículo empezaba a marchar. Seguía sin poder crecer que estuve al borde de la muerte, todo por culpa de mi hermano, la mafia y sus malditos problemas.
No se que hacía Ignati ese momento por ahí, pero que me haya protegido como lo hizo no tenía palabras para expresar lo agradecida que me sentía, sino las cosas hubieran sido completamente diferentes.

No me paso nada, solo raspones.

¿Por qué todo en mi vida tenía que ser tan complicado?

No soy parte de ese mundo, no me va que piensen que es normal ser parte de una organización criminal y tampoco me gusta que no puedan entender mi punto.

— Si no quieres la protección de La Garduña, puede darte la de La Bratva — escucho que me dice Sasha a mi lado.

Después de acontecimiento de los disparos, mi hermano junto al prometido de mi prima habían llegado al lugar. Cayden trato de contenerme, pero como siempre ocasionó el mismo rechazo de siempre y lo había culpado de todo esto, es por eso que Sasha intervino para sacarme de ese lugar.

— Al punto que estamos creo que no tengo opciones, ya decidieron por mí — le contesto apoyando mi cabeza en la ventanilla del vehículo.

— No decidimos por tí, queremos lo mejor, protegerte y en tiempos de guerra necesitamos que nuestros puntos más débiles estén bajo protección. No es un capricho nuestro, Ellie, es por tu bien, creo que te quedó claro que si esto vuelve a suceder las cosas pueden ser completamente diferentes — lo escucho decir.

— Hagan lo que crean que sea mejor — murmuro cansada.

El prometido de mi prima no dice nada más, solo se mantiene en silencio hasta que llegamos a la casa de mis padres. Puedo ver la preocupación en sus caras, así como bajo del auto ellos son los primeros en abrazarme y no dudo en aferrarme a sus bracos suspirando con tranquilidad.

Estoy en el lugar donde nadie puede hacerme nada.

Mis padres no dicen nada, solo ingresamos a casa, mamá trata de darme algo de beber, pero me niego solo les pido que necesito darme un baño.

— ¡Mis telas! — exclamo al recordarlas.

No podía perderla, me costó tanto conseguirlas y las había dejado tiradas en la calle como si no valieran nada.

— Debo volver, mis telas ...

Les digo a mis padres bajando las escaleras.

— Tu telas están en tu atelier, descansa que es más importante que estes bien y no unos pedazos de trapo — declara Sasha.

— No son unos pedazos de trapos — gruño.

— Ellie lo más importante ahora es que estes bien y tranquila, cuando vea que lo estás te llevaré para que puedas ver tus telas — interfiere mi padre dejando un beso en mi frente.

Otra vez ellos no entendían que mi prioridad son mis telas, no son simples pedazos de trapos sino las piezas fundamentales para mi colección de ropa de esta temporada.

Resignada vuelvo subir por las escaleras rumbo al baño para darme una ducha y luego mostrarles que estoy bien, para que puedan dejarme ir a trabajar, porque lo único que va a calmar todo lo que siento es si me pongo a hacer lo mío.

— Ellie — me sobresalto al escuchar mi nombre.

— Viktoria — masculla llevando mi mano al pecho asustada.

— No quería asustarte, disculpa — dice y escondo mis manos al ver que las observa con atención. — ¿Cómo te encuentras? — inquiere.

La veo bajar uno de los escalones y yo subo el que me faltaba para mirarla a la cara. Esa forma que tiene de mirarte, como si analizará cada movimiento de tu cuerpo me molesta y mucho.

La Fórmula Perfecta ( 7° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora