Capítulo 2*

1.2K 115 14
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Después de terminar de grabar nuestras iniciales en la biblioteca, nos dirigimos cada uno a nuestras casas. Scott me llevó en su moto, disfrutando del viento fresco de la noche mientras nos acercábamos a nuestras viviendas que estaban al lado.

Tras aproximadamente seis minutos de trayecto, llegamos y Mccall estacionó su moto con habilidad. Ambos descendimos de ella.

— Adiós, descansa, nos vemos mañana —se despidió él con una sonrisa cálida.

— Igualmente, hasta mañana —le respondí amable.

Intercambiamos despedidas y cada uno se encaminó hacia su hogar en la tranquilidad de la noche.

Eran las nueve y media de la noche. Para la cena, me conformé con algunos trozos de pizza que habían sobrado de la noche anterior, ya que no tenía mucho apetito. Una vez terminé, me puse el pijama y me dispuse a dormir.

Sin embargo, casi a las doce de la noche, aún no lograba conciliar el sueño. La inquietud me llevó a levantarme, vestirme con un chándal y salir de casa en silencio, asegurándome de que nadie me viera. Me dirigí hacia la parte trasera de la casa, donde procedí a transformarme en loba. Correr por el bosque de noche me proporcionaba una profunda sensación de tranquilidad y liberación. Aunque la transformación era un proceso doloroso, sabía que valía la pena por la paz que encontraba en la naturaleza.

Una vez completamente transformada, me adentré en el bosque y comencé a correr, dejando que la oscuridad y los sonidos nocturnos envolvieran mis sentidos. Disfruté de la tranquilidad de la noche durante aproximadamente una hora hasta que, de repente, me detuve en seco. Delante de mí se encontraba un lobo de pelaje negro, reconocía ese olor, pero fue cuando me mostró sus ojos amarillos que identifiqué a Theo.

Ambos nos transformamos nuevamente en humanos. Yo tenía activado un hechizo que hacía que cada vez que pasaba de ser loba a humana, recuperara la ropa que llevaba antes. Sin embargo, cuando Theo regresó a su forma humana, estaba completamente desnudo.

— Mierda —murmuré al verlo así, sintiendo una mezcla de incomodidad y curiosidad — Por favor, tápate —le pedí, apartando la mirada mientras escuchaba cómo se ponía un pantalón.

La cercanía con Theo hacía que el aroma de su sangre llenara el aire, despertando un apetito que luchaba por controlar. 

— ¿Aún no me has dicho tu nombre? —inquirió el, avanzando un poco hacia mí, pero me alejé instintivamente para evitar causarle daño.

— Me llamo Katherine, Katherine Mikaelson, aunque mis amigos me llaman Kath —respondí, manteniendo la distancia mientras intentaba ocultar mi inquietud.

Theo sostenía mi mirada de manera intensa, lo cual, sinceramente, me estaba poniendo nerviosa.

— Pues encantada, Kath. Me llamo Theo, aunque supongo que ya lo sabías, ya que me presenté antes —mencionó con una sonrisa que desconcertaba.

Aunque tenía una sed de sangre abrumadora, Theo se aproximó aún más, hasta que casi podía sentir su aliento en mi piel. De manera instintiva, me alejé de él, luchando por mantener el control sobre mis impulsos.

— ¿Qué hace aquí una chica tan guapa como tú en el bosque, casi a la una de la mañana? —preguntó, manteniendo su mirada fija en mis ojos.

— Simplemente corro por el bosque —respondí, lo mas tranquila posible.

— Igual que tú, pasear —comentó Theo con una sonrisa enigmática.

— Bueno, creo que ya me tengo que ir —dije, sintiendo la necesidad de alejarme antes de perder el control.

— ¿Te acompaño? —volvió a preguntarme, y aunque su ofrecimiento era amable, prefería irme a recuperar.

— Prefiero ir sola, pero gracias —respondí mientras me alejaba de allí, intentando recuperar la compostura.

— ¡Te veré en el instituto! —exclamó Theo, gritando, mientras yo me alejaba de su vista.

Llegué a casa y volví a dormirme, pero esta vez mi mente estaba llena de pensamientos sobre ese enigmático chico llamado Theo y la complicada situación en la que me encontraba.

Llegué a casa y volví a dormirme, pero esta vez mi mente estaba llena de pensamientos sobre ese enigmático chico llamado Theo y la complicada situación en la que me encontraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Doing all for love//Theo RaekenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora