Capítulo 42

94 13 0
                                    


Jackson

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jackson.

Esa fue la primera palabra que pronuncié cuando desperté, y no tengo ni idea de lo que significa. No conozco a ninguna persona con ese nombre, pero, por alguna razón, estaba grabado en mi mente como si fuera importante. No podía entender por qué.

Hoy estaba inquieta, mucho más de lo habitual, y no era solo por ese nombre misterioso. Ahora teníamos a una criatura que podía matarnos con solo mirarnos, y lo peor de todo es que era nuestra culpa. No pudimos separar las dos mitades a tiempo, y ahora pagábamos el precio.

Theo se había ido temprano esta mañana para ayudar a Liam con algo relacionado con Nolan. Al parecer, ahora Nolan quería ayudarnos. Todo demasiado raro.

Me encontraba caminando al lado de Lydia, mientras íbamos en busca de nuestro alfa. Lo curioso es que, mientras hablábamos, me contó que ella también había despertado murmurando ese mismo nombre: Jackson. Y me explicó de quién era ese nombre.

—Scott —llamamos al unísono.

De pronto, una voz nos interrumpió desde detrás, sobresaltándonos. Ambas nos giramos rápidamente.

—Hola, chicas —dijo Peter, con esa sonrisa que siempre parecía esconder algo.

Fruncí el ceño al verlo.

—Tú otra vez —dije, algo exasperada.

—¿Qué haces tú aquí? —preguntó mi amiga, más directa.

—Estoy buscando a Malia. ¿Y vosotras? —nos miró, como si supiera que la respuesta sería evidente.

—Estamos buscando a Scott, obviamente —respondí, cruzándome de brazos.

—¿Por qué? —preguntó sin cambiar de expresión.

—¿Por qué tú estás buscando a Malia? —Lydia lanzó la pregunta de vuelta.

—Preocupación de padre —contestó Peter, lo que hizo que ambas nos miráramos extrañadas. Sabíamos que su relación con Malia no era precisamente la más afectuosa. —¿Por qué no habéis llamado a Scott? —preguntó, ahora desviando la conversación.

—¿Por qué no has llamado tú a Malia? —contraatacó la pelirroja.

La conversación se estaba volviendo extraña y confusa. El mayor carraspeó, incómodo.

—Nosotros... esto... —hizo una pausa, buscando las palabras—. No estamos yendo muy lejos con esta conversación, ¿verdad?

Suspiré, asintiendo.

—En eso te doy la razón. —Negué con la cabeza—. No nos contesta.

Peter frunció el ceño.

—Bueno, Malia tampoco me contesta, ni nadie en realidad. Hay informes de que varias torres de telefonía en el área están caídas —nos informó.

Doing all for love//Theo RaekenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora