En el camino de ida, el ambiente en el coche era tenso. Todos lo sentíamos. Las horas parecían alargarse infinitamente, y aunque intentamos relajarnos con música o bromas ocasionales, esa sensación de incomodidad no se me quitaba de encima. El silencio que caía de vez en cuando entre nosotros lo decía todo: estábamos preocupados.
Mientras conducía, notaba cómo ese hilo morado brillaba con más intensidad conforme nos acercábamos a Beacon Hills. Era como una advertencia silenciosa, una premonición de que los próximos días no serían fáciles. Moviditos sería quedarse corta, lo sentía en cada fibra de mi cuerpo. En un intento de mantener todo bajo control, llamé a Caroline. Le expliqué que probablemente solo estaría fuera dos días y que tendría que encargarse de la escuela por completo en mi ausencia. Su voz tranquila al otro lado del teléfono me dio algo de paz.
—Tranquila, Kath —dijo ella—, todo estará bien aquí. Te cubro.
A pesar de sus palabras, no podía evitar la inquietud que se apoderaba de mí mientras el coche seguía su curso hacia el pueblo. Me removí en el asiento cuando, a lo lejos, vi el cartel que anunciaba: "Bienvenidos a Beacon Hills". Mi corazón se aceleró y mis manos apretaron el volante con más fuerza. No era solo el cartel. Era lo que representaba para mí. Volver aquí después de tantos años traía consigo demasiados recuerdos, y ahora no estaba sola. Tenía a Theo y a Hayley a mi lado, lo que hacía todo más intenso.
Sentí la mano cálida de mi esposo posarse en mi muslo, dándome un suave apretón. Era su manera de tranquilizarme, de recordarme que estábamos juntos en esto, como siempre. Respiré hondo, agradecida por ese gesto, aunque mi pecho seguía algo pesado.
—¿Va a ir todo bien, verdad, mamá? —preguntó Hayley desde el asiento trasero.
Le sonreí a través del espejo retrovisor, intentando sonar más segura de lo que me sentía.
—Claro, cariño. No te darás cuenta y ya estaremos de vuelta en casa.
Raeken giró su rostro hacia ella, intentando inyectar algo de optimismo al ambiente.
—Vamos a estar bien —dijo con convicción, como si sus palabras pudieran conjurar un escudo protector a nuestro alrededor.
Asentí lentamente, aunque no estaba del todo convencida.
La pelirroja me había dado una ubicación para encontrarnos con Scott. Me explicó que era el lugar donde Allison había muerto hacía años, un sitio cargado de recuerdos dolorosos, pero necesario para nuestra búsqueda de respuestas. Cuando llegamos, el lugar estaba desolado, casi irreconocible, como si el tiempo hubiera borrado cualquier rastro de lo que una vez ocurrió allí. Ningún edificio se mantenía en pie, solo vacío y silencio. Aparqué el coche al ver a mis viejos amigos juntos, y al detenernos, todos bajamos del auto.
Hayley fue la primera en moverse. Apenas puso un pie en el suelo, salió corriendo hacia su mejor amiga, Nat. Vi cómo ambas se abrazaban, felices de verse después de tanto tiempo. Me quedé observando por un segundo, sonriendo ante esa muestra de cariño entre ellas. Theo y yo caminamos hacia Scott y Lydia, que nos esperaban con expresiones serias, aunque sus ojos reflejaban alivio al vernos llegar.
ESTÁS LEYENDO
Doing all for love//Theo Raeken
Hayran KurguDespués de la muerte de sus padres y convertirse en una trihíbrida Kath decide mudarse a Beacon Hills para una nueva vida,se encontrará a una manda muy misteriosa y se enamorará de alguien no muy bueno. Lo que tampoco se espera es que en está ciuda...