Capítulo 8

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Decidí quedarme fuera para la seguridad de todos mientras Theo ayudaba a Lydia para evitar que se desangrara

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Decidí quedarme fuera para la seguridad de todos mientras Theo ayudaba a Lydia para evitar que se desangrara. Scott me contó que encontró a Malia casi llorando en el sótano y ella explicó que intentó ayudar a Tracy, pero según ella unos tipos con máscaras la mataron.

Luego nos dirigimos al hospital donde trasladaron a Lydia. Estábamos todos en la sala de espera, y yo me mordía las uñas nerviosamente mientras Theo me acariciaba la espalda para calmarme.

—Melissa, ¿cómo está? —pregunté ansiosamente cuando vi a la enfermera.

—Podría ser peor. Theo, hiciste un buen trabajo con el torniquete; podría haber salvado su vida —respondió Melissa, reconociendo el esfuerzo de Theo.

Le sonreí en señal de agradecimiento por su ayuda.

—Va a entrar en cirugía, así que tardaremos un poco. ¿Deberíamos saber más detalles sobrenaturales o simplemente suturarla y esperar lo mejor? —preguntó Melissa.

—Era la cola —señaló Kira.

—Tracy la cortó con la cola, si eso sirve de algo —agregó Scott.

—¿Y si usamos mi sangre? Podría curarla —sugerí con esperanza.

—En estos casos es mejor que no, porque no sabríamos qué efectos secundarios podría tener por la rozadura de la cola de Tracy —explicó Melissa con cautela.

—Así que entiendo. Cualquier cosa que pueda hacer con magia o algo así, avísame —ofrecí con determinación.

—Claro —respondió Melissa antes de retirarse.

—Pero no fue solo Tracy, había otros... los de las máscaras —comentó Malia, mirando a Stiles en busca de confirmación, pero él no respondió.

Un silencio pesado llenó la sala, como si nadie quisiera creer lo que Malia estaba insinuando. Todos estábamos abrumados por la gravedad de la situación y las revelaciones recientes. La incertidumbre y el temor se reflejaban en cada mirada, mientras esperábamos ansiosamente por noticias sobre Lydia y buscábamos respuestas a lo que realmente estaba ocurriendo.

Nos quedamos un rato más en la sala de espera, y yo estaba junto a Theo en unas sillas, agradeciéndole sinceramente por su apoyo.

—Gracias por todo, de verdad —le dije con sinceridad.

—No hace falta —respondió Theo modestamente.

—Si algo le llegara a pasar malo a Lydia, no sé cómo reaccionaría —confesé preocupada.

—Oye, tranquila —respondió con voz suave, colocando una mano reconfortante en mi hombro.

Me quedé en silencio por un momento, dejando que sus palabras me tranquilizaran. Apreciaba enormemente su presencia en ese momento.

—Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme —admití con sinceridad.

Theo asintió comprensivamente.

Doing all for love//Theo RaekenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora