Capítulo 20

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Pasaron unos días desde que rescatamos a Lydia y ya me encontraba mucho mejor, igual que ella

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Pasaron unos días desde que rescatamos a Lydia y ya me encontraba mucho mejor, igual que ella. No sé exactamente qué hicimos aquella noche en la veterinaria, pero le conté lo que me explicó mi madre, y estamos intentando averiguar qué nos pasa. Sobre todo porque yo grité como una banshee.

Ahora, si alguien me hubiera dicho que terminaría en la misma habitación que Parrish, y encima dentro de mi habitación, no lo hubiera creído. Yo estaba en la cama y él en el suelo, sobre un colchón, porque dijo que no quería molestarme. Le dije que no hacía falta, pero insistió.

Flashback

Parrish me explicó su situación desde la isla de la cocina, con una expresión de preocupación en su rostro.

—Sucede cada noche. No sé cuándo ni qué lo desencadena, pero en algún momento, todas las noches salgo —me miraba intensamente mientras hablaba—. Cuando vuelvo, encuentro ropa quemada y sangre. Si no supiera ciertas cosas, diría que soy sonámbulo. Pero no salgo porque sí, lo hago por algún motivo. Estoy buscando algo.

—¿Qué quieres que haga para ayudarte? —le pregunté, sintiendo la seriedad de su situación.

—Necesito que me sigas. Necesito saber adónde voy y qué hago —dijo preocupado.

—Entiendo —asentí, captando la urgencia de la situación.

—Si hay gente que resulta herida por mi culpa, si estoy causando muertes, tengo que saberlo —parecía atormentado por la situación.

—Al ser una criatura que no he visto nunca, no sé lo que haces, pero no creo que mates a gente. Eres un guardián de lo sobrenatural —expliqué para tranquilizarlo un poco.

—Pero por si acaso, cuando me despierte por la noche y esto tome control, quiero que me sigas y, si tienes que hacerlo, deténme —me pidió mirándome a los ojos.

—Por supuesto que te ayudaré, Jordan, lo que sea —acepté sin pensarlo.

—Sé que nos conocemos hace poco, Katherine, pero te considero mi amiga y por eso te lo pido a ti y no a otra persona —confesó con sinceridad.

—Me siento halagada, gracias —le sonreí.

Fin del flashback

Y así es como acabé durmiendo al lado del Perro del Infierno, que estaba sin camiseta. Me giré para verlo y me fijé en los músculos fuertes que le sobresalían de los brazos y el abdomen bien definido. No pude evitar morderme el labio.

Pero no me di cuenta hasta que empezó a moverse de manera brusca y a apretar los puños con fuerza. Salté de la cama de inmediato y me puse a su lado.

—Agente, tranquilo —le dije, sujetándole la mano para ver si así se calmaba—. Estoy aquí.

Abrió los ojos de repente, mostrando sus ojos de color naranja brillante, y supe que debía apartarme. Se levantó con cuidado sin decir ni una palabra, empezó a caminar y yo lo seguí, no sin antes cambiarme a velocidad vampírica.

Doing all for love//Theo RaekenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora