Después de la muerte de sus padres y convertirse en una trihíbrida Kath decide mudarse a Beacon Hills para una nueva vida,se encontrará a una manda muy misteriosa y se enamorará de alguien no muy bueno.
Lo que tampoco se espera es que en está ciuda...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Respiré profundamente antes de marcar los números en mi teléfono, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. No había hablado con ella desde que me fui de la ciudad, pero ahora necesitaba su ayuda desesperadamente.
Después de marcar los dígitos, coloqué el teléfono detrás de mi oreja y esperé con ansiedad.
—¿Katherine? —La voz de Freya sonó al otro lado de la línea.
—Hola, tía Freya —respondí, sintiendo un alivio instantáneo al escuchar su voz.
—Me alegra mucho escuchar tu voz, cariño —dijo con calidez. Me reconfortaba tanto su voz.
—¿Puedo pedirte un favor? —pregunté, tratando de mantener la calma a pesar de mi nerviosismo.
—Claro, dime, ¿qué pasa? ¿Está todo bien? —preguntó mi tía, preocupada.
—Sí, sí, estoy bien —mentí, no queriendo preocuparla más de lo necesario—. Solo necesito tu ayuda para hacer un hechizo. Necesito absorber el poder de una Banshee —expliqué y cerré los ojos esperando su respuesta.
Hubo una pausa en la línea antes de que Freya respondiera con preocupación: —Kath, eso es muy peligroso, lo sabes.
—Sí, lo sé —admití, sintiendo el peso de la seriedad en mis hombros—. Pero una amiga está en peligro, y realmente necesito hacer esto. —Hubo otro momento de silencio antes de que pudiera explicarle mis razones más profundas—. Desde que papá y mamá murieron, he sentido un vacío enorme. Pero ella, junto con mis amigos, me ha ayudado a llenar ese vacío. Necesito salvarla, tía Freya. No puedo permitirme perder a mi mejor amiga, a mi hermana —me sinceré, notando mi tristeza dejando mi corazón al descubierto.
—Está bien —respondió Freya finalmente, su voz firme pero llena de preocupación—. Pero si detecto que algo no va bien, iré personalmente a ayudarte. ¿Entiendes?
—Sí, tía Freya, lo entiendo —respondí, sintiendo un nudo en la garganta por su preocupación y su apoyo—. Gracias, de verdad.
—Escucha atentamente —comenzó Freya, lista para guiarme en el peligroso viaje que estaba a punto de emprender.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
