Capítulo 36

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Al parecer, un beta llamado Brett había desaparecido, así que el alfa me dijo que se ocuparía mientras yo no estaba con ellos, ya que necesitaba hacer algo antes

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Al parecer, un beta llamado Brett había desaparecido, así que el alfa me dijo que se ocuparía mientras yo no estaba con ellos, ya que necesitaba hacer algo antes.

Esto no era normal: los mareos, los vómitos, mi falta de energía y agotarme sin siquiera hacer un hechizo. Tenía algo seguro, así que Theo me recomendó ir con Deaton para ver qué me pasaba.

Caminábamos en silencio hacia la veterinaria. Aunque no lo decía, sabía que estaba preocupado por mí. La verdad es que yo también lo estaba.

Cuando llegamos, Deaton nos recibió con su calma habitual.

—¿Qué os trae por aquí? —preguntó, observándonos con sus ojos atentos.

—No me he estado sintiendo bien —le respondí, tratando de sonar despreocupada. —Mareos, cansancio... es como si algo estuviera drenando mi energía.

Theo permanecía a mi lado, su mano en la parte baja de mi espalda, ofreciéndome apoyo.

—Vamos a hacer algunos exámenes, a ver qué encontramos —dijo Deaton, guiándome hacia una de las habitaciones de la clínica.

Me senté en la camilla mientras él preparaba algunos instrumentos. Theo se quedó cerca, sus ojos azules llenos de preocupación.

—Tranquilo, lobito, estaré bien —le dije, tratando de calmarlo.

Deaton me examinó con cuidado, tomando muestras y revisando mis signos vitales. Después de lo que parecieron horas, finalmente se volvió hacia nosotros con una expresión que no pude leer de inmediato.

—Kath, quiero hacerte una pregunta y necesito que me respondas con sinceridad —comenzó, su tono más serio de lo habitual. Asentí, sintiendo cómo mi corazón comenzaba a latir más rápido —¿Ha habido algún cambio en tu vida últimamente, algo que pudiera estar afectándote físicamente?

Miré a Theo, quien me devolvió la mirada, confundido. Negué con la cabeza.

—No, nada fuera de lo común... ¿Por qué lo preguntas? —respondí, sintiendo una mezcla de nervios y curiosidad.

Deaton suspiró y se acercó, mirándome directamente a los ojos.

—Kath, según los resultados de los exámenes, estás embarazada.

El mundo pareció detenerse por un momento. Sentí como si todas las preocupaciones, los miedos y las dudas se agolparan en mi mente al mismo tiempo. Theo me miró con los ojos muy abiertos, su sorpresa reflejando la mía.

—¿Embarazada? —repetí, casi sin creerlo. —No puede ser, los vampiros no pueden procrear.

Deaton asintió, su expresión suave pero firme.

—Sí, Kath. Los síntomas que has estado experimentando son consistentes con un embarazo temprano. Entiendo que esto puede ser un shock, pero también eres parte loba como tu madre —me explicó, mirándome.

Doing all for love//Theo RaekenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora