Capítulo 39

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Frenamos el coche cuando encontramos el letrero de un zoo, uno que estaba abandonado y era perfecto para el plan que habíamos armado

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Frenamos el coche cuando encontramos el letrero de un zoo, uno que estaba abandonado y era perfecto para el plan que habíamos armado. Tomé unas pastillas que me dio Deaton antes de bajar del coche; al parecer, me ayudarían a proteger al bebé por si decidía utilizar mi magia. Según el veterinario, hacen de escudo protector en mi bolsa amniótica para que no se filtren cosas indebidas.

Vimos llegar, casi al minuto, el coche de Lydia, que conducía el moreno. Bajó la ventanilla y nos acercamos a él.

—Hola, ¿qué tan cerca está? —pregunté.

—A una calle —respondió Mason, mientras mi novio iba cogiendo las cosas del maletero—. Liam, no mires —añadió al ver al rubio mirar hacia atrás—. ¿Debería acompañarlos? —sugirió con cierta duda en su voz.

—No creo que sea sano —respondió Theo—. Ayudas más en casa.

Golpeé su hombro con el mío, una pequeña señal de que fuera más amable.

—Bueno... sí, Lydia me mataría si le pasa algo a su auto de todas formas —Mason se encogió de hombros.

—No te preocupes, Nolan hará el resto —dijo Liam, cerrando el maletero con determinación.

Hoy nos esperaba un día movidito, lo presentía. Y junto a este par de dos, la cosa nunca es tranquila. Sonreí al recordar el día en la comisaría y el hospital, cuando aún no tenía humanidad.

Eso sí fue divertido.

Llegaron dos cazadores junto a Nolan, quien les estaba explicando que nos había visto llegar con suministros, pero los cazadores miraban a todos lados poco convencidos

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Llegaron dos cazadores junto a Nolan, quien les estaba explicando que nos había visto llegar con suministros, pero los cazadores miraban a todos lados poco convencidos. Mientras tanto, nosotros los observábamos desde arriba, donde estábamos escondidos.

—Solo son Nolan y otros dos. Esto no funcionó —murmuró Liam, con frustración en su voz.

—¿Y sus refuerzos? Bueno, deberían ser unos veinte —replicó Theo, algo desconcertado.

—Solo nos vieron a nosotros tres y, encima, tienen cara de que no lo van a creer —añadí, viendo a mi novio pensativo, lo cual nunca era una buena señal.

Doing all for love//Theo RaekenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora