Después de la muerte de sus padres y convertirse en una trihíbrida Kath decide mudarse a Beacon Hills para una nueva vida,se encontrará a una manda muy misteriosa y se enamorará de alguien no muy bueno.
Lo que tampoco se espera es que en está ciuda...
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Nos reunimos en la casa de Scott para discutir qué hacer con Mason, quien resultó ser la Bestia.
Liam, con una mirada preocupada, fue el primero en hablar. —Hayden está buscando por la escuela —dijo, intentando sonar optimista.
—Yo podría recorrer y mantener bajo control todo el bosque —añadí, ofreciendo mi ayuda para cubrir más terreno.
Scott, siempre pensando en soluciones prácticas, intervino. —Mi madre puede controlar todos los hospitales en el condado, podemos encontrarlo si se dirige allí.
Liam, aún confundido por la situación, preguntó: —¿Qué pasa entonces?
—Podemos encontrar una manera de salvarlo —respondió Scott, su voz llena de determinación.
Lydia, siempre analítica, se unió a la conversación. —Bien, ¿dónde podemos buscar?
Tomé un respiro profundo, sabiendo que teníamos una oportunidad. —Vamos a preguntarle a Corey —dije, girándome hacia la estantería detrás de mí. Con un movimiento rápido, lo agarré de la camiseta, haciéndolo visible para todos. Las miradas de sorpresa en el rostro de mis amigos me confirmaron que había sido un buen movimiento.
—Espera, espera, no es mi culpa —se apresuró a decir Corey, con el pánico evidente en su voz—. Se lo llevaron y no pude hacer nada.
—¿Lo llevaron? ¿Quién? —pregunté, sin soltarlo.
—Los doctores del miedo —respondió, temblando de miedo.
Un silencio tenso se apoderó de la habitación.
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McCall no quería decirme lo que planeaba, así que lo seguimos, el beta y yo, por los pasillos del instituto.
Liam, con una mezcla de frustración y resignación, preguntó: —¿Cuán estúpidos somos por estar haciendo esto?
Scott respondió con una calma tensa: —No somos estúpidos, estamos desesperados.
—¿Cuán desesperados? —insistí, queriendo entender la magnitud de la situación.
