Unos días después de las averiguaciones de las cuatro amigas, estas estaban en un, cómo podríamos catalogarlo, ah, sí, un antro de madera, con pirañas en las paredes, vivas para que dieran más miedo. El lugar a la vista daba repelús pero tenía un diamante en bruto escondido tras esa fachada espeluznante y es que la música y la cerveza era lo mejor la joya de la corona.
- Que quede claro que estoy aquí por ver a ese rompecorazones.- manifestó Vane.
- Yo por la cerveza, y si es un submarino mejor.- afirmó Angi.
- ¿Un qué???.- preguntaron sorprendidas las otras tres al unísono.
- Vale, pido yo, que os veo dispersas.
Las cuatro amigas se sentaron en una de las mesas de madera más alejadas de la entrada y se pusieron a mirar extrañadas aquel lugar.
Para nada se imaginaban a uno de los profesores allí, pero Alba sabía perfectamente que ese era su estilo ya que esa era la música que a él siempre le gustó, al menos lo que ella recordaba.
- Cuatro submarinos- pidió Angi en la barra.
Cuando su amiga se acerco con cuatro tanques con un vaso de chupito dentro todas miraron extrañadas el vaso y posteriormente a Angi.
- ¿Qué narices es esto? .- preguntó Alba con cara de asco.
- Esto es tu medicina para quitarte la vergüenza y el miedo a decirle cuatro cosas a Ángel.
Todas probaron esa extraña bebida mientras se quejaban unas sobre otras de la bebida tan extraña que Angi había pedido, ellas simplemente querían una coronita pero no, tenían que experimentar algo nuevo y cuando intentaron saborear el liquido ámbar que se veía tras el cristal húmedo de aquel vaso ancho y frio se dieron cuenta de lo que era, del secreto que guardaba en el chupito.
- ¿Esto lleva tequila?.- preguntó Alba intentando tragar ese líquido.
- Te lo dije, esto te va ayudar.
El primer sorbo fue difícil pero los siguientes entraron fáciles, el tequila era la mejor solución para tomar el toro por los cuernos, al menos ellas habían descubierto con el paso de los años que dicha bebida les ayudaba a tomar las decisiones mas complicadas y sabían perfectamente que volverían a pedir otra ronda.
- Y si no viene.- empezó a impacientarse Alba mientras giraba su vaso.
- Tranquila, vendrá.- contestó Vane.- Me dijeron que suele venir con unos amigos o amigas.
- Amigos o amigaaaas.- alargó demasiado la "a" Alba mostrándose algo celosa.
- Joder, ya estas con los celos.- dio otro trago Angi a su bebida.- Si lo llego a saber pido directamente la botella de tequila.- suspiro con fuerza.
La puerta en ese momento se abrió y apareció Ángel con varios amigos y sin percatarse que ochos ojos lo miraban fijamente y de esos, dos de ellos era con deseo, se acercaron a la barra, saludaron a los camareros y se sentaron en una mesa algo alejados de ellas.
- Vale, el plan es que cuando uno de sus amigos vaya a la barra vayas tú a pedir y lo des todo. OK.- le recordó Vane.
- Si, ufff, si no fuera por estos submarinos, creo que no tendría valor de hacerlo, mis piernas ahora mismo son de gelatina.- sonrió tímidamente.
- Te lo dije.- le giño un ojo Angi con picardía.- Esta es nuestra mejor medicina.
Mientras vigilaban al grupo de chicos para avisar a Alba de cuando tendría que ir a la barra, la iban informando de todo lo que ocurría ya que tanto ella como Inma estaban de espaldas a ellos para que no la viera y las reconociera.
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Tú eres Alba
RomanceDespués de casarse con su amor platónico todo cambia de la noche a la mañana y no le apetece que nadie mas ocupe su lugar. En un breve espacio tiempo conoce a dos hombres que le atraerán, pero ¿Alguno de ellos podrá hacerle olvidar a su primer amor...