CAPÍTULO 50

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Las tres chicas estaban sentadas en el prado frente al castillo tomando los rayos del sol. Aunque estaban a mediados de agosto, la temperatura para ellas no era tan calurosa como recordaban.

- ¿De verdad os tenéis que marchar mañana?.- preguntó con tristeza Alba.

- Si, hemos alargado demasiado la estancia y Evan quiere que vayamos a las tierras de su padre para preparar la boda.- aclaró Angi acostada sobre la hierba.- ¿Creéis que nuestra vida en nuestro tiempo sería así?.- pregunto curiosa.

- ¿Así como? .- intervino Inma.- Te tengo que recordar que en nuestra época de universidad estábamos como ahora.- Angi puso los ojos en blanco.

- Menos mal que me voy porque no se si la aguantaría. Te acompaño en el sentimiento por lo que te toca aguantarla a ti, siendo tú casi prima.- Angi se burló.

- Eh, que estoy aquí y puedo escucharte perfectamente.- se defendió Inma.

- Si escucharme si, pero entenderme a veces lo dudo.- comenzó a reírse con fuerza.

- Venga chicas, dejen las discusiones tontas. Sinceramente, a veces pienso que esto es raro.- les cortó la pelea infantil Alba.- Yo casada y con dos hijos y vosotras dos, prometidas.- se echó en el césped imitando a Angi.- Sinceramente no puedo imaginar si en nuestro tiempo hubiéramos acabado así, pero lo que sí pienso es que.- se incorporó.- Si las tres estamos aquí.- primero miró a Angi y luego a Inma.- Vane debe de estar en algún lugar y debemos de encontrarla.

- Sigues creyendo que ella también viajó en el tiempo.- Alba asintió con pena.

- Deberíamos de intentar hacer un retrato, a ver si entre todos las encontramos. Los hombres de Duncan y los vuestros.- sugirió Inma.

- Ves, cuando piensas me dejas sin palabras.- Inma le saco la lengua burlonamente y Angi la imito.

- ¿Y quién podría hacer ese dibujo?.- Angi y Alba miraron a Inma.

- Ah no, no se si podre.- intuyó los pensamientos de sus amigas.

- Si puedes, hacías caricaturas de ella en la facultad.- dijeron al unísono.

- Si, pero para burlarme. No se si podré hacer algo serio.- negaba con la cabeza.

- Inténtalo- le suplico Alba.

- Y que sea rápido porque nos vamos mañana.- advirtió Angi.

- Te voy a echar de menos.- Alba se abalanzó sobre ella.

- Y yo también.- grito Inma echándose sobre ambas.

- Pensar que en unos meses vendréis a Fort Augustus para mi boda, mi boda.- repetía incrédula.- Y os iréis antes de que comiencen las nieves, ¿verdad?.- seguían abrazadas.

Mientras ellas estaban recordando, hablando, arreglando el mundo, en la entrada del castillo habían seis ojos observándolas. Esos tres enormes hombres miraban curiosos la escena. Bryson y Alistair llevaban a los pequeños Hamilton en brazos.

Hacia una semana que Duncan e Isobel se habían marchado. 

Por petición del primero se adelantó el bautizo de los pequeños ya que debían de regresar lo antes posible a sus tierras, habían tenido algún altercado con el tío de Isobel que las estaba reclamando como suyas, por lo tanto, al día siguiente del bautizo regresaron a Asgog, no podían alargar mas la estancia en Arran, eso sí, con la promesa de volverse a verse para la boda de su primo Evan y Angi.

- ¿A veces entendéis las cosas que dicen?.- preguntó curioso Evan.

- Sinceramente, me da igual lo que dicen mientras caliente mi cama.- bromeó Bryson con Alicia en brazos.- No se vosotros, pero jamás e tenido este, ese.- dudaba cómo etiquetarlo.- Joder, el sexo con Inma es increíble.- dijo con mucho entusiasmo y los otros dos rieron.

- Pues cuando estén en cinta os volverán locos. Su figura es tan hipnotizante.- Bryson y Evan miraban a Alistair extrañados.- Joder, no me miréis así. Es mas, no os daréis cuenta de lo que os estoy diciendo hasta tenerlas embarazadas. Eso que nos dicen de que es peligroso o malo es una mentira.- ambos lo miraban sorprendido por su confesión.- Joder, si fuera tan malo no estarían aquí.- miro a sus hijos.- Recordar lo que os digo, el sexo con la persona que adoras, amas, deseas, embarazada es lo mejor que te puede pasar.- Ángel comenzó a llorar y Alba se giró.

- ¡¿Nos estáis espiando?!.- alargó los brazos para que le entregara al pequeño.

- No, solo os admirábamos.- sonrió Alistair mientras le daba al niño.- Creo que tiene hambre.- le informo con dulzura.

- ¿Y la pequeña?.- alzó la vista en dirección a Bryson que portaba a Alicia.

- Perfecta, cuando está en los brazos del tío Bry no hay ninguna niña.¿ Podría dormir esta noche con él?.- le sugirió en voz baja y ella rio.

- Porque no se lo propones.

- Qué quieres, que me mate. No.- Alistair negó con el dedo índice cómicamente.

- Como se suele decir en mi tierra, el no, lo tienes seguro, pero si te dice que sí.- le guiño un ojo.

- Ósea, que tu sabias perfectamente que te iba a decir que sí.- preguntó curioso.

- Sinceramente. Sabía que no me ibas a decir que no, pero me hiciste sufrir.- él se agacho y le beso los labios.- ¿Tanto te hubiera costado haberme dicho en el ferry que te llamabas Alistair? o aquí, cuando nos conocimos, no podías haberme dicho que te llamabas Michael.- negaba divertido.

- Te lo puse tan complicado como tú a mi, pero solo he de confesar una cosa. Desde que te conocí, supe que tú habías ocupado el lugar de Escocia, porque tu eres Alba.

Tú eres AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora