A las siete y media de la mañana las chicas ya estaban en pie con ganas de pasar el día visitando la isla.
- Angi, yo no sé cómo puedes vivir en este país. Entre el frío que hace y que no tienen persianas, es insufrible.- se quejó Vane mientras se ponía un suéter más.
- Por los hombres, es que me gustan todos, ufff no hay ninguno que digas, um ese no, quitarlo del catálogo. - todas rieron.
- Pues el príncipe Carlos no era un adonis, al menos en su juventud.- replicó Inma con cara de asco.
- NI en la actualidad tampoco.- rio.-Hay que matizar, él es ingles y además es el garbanzo negro de la familia real, no todo puede ser perfecto.- respondió Alba.
- Y tú pibonazo, qué, nos vas a contar algo.
- Se llama Michael, es escocés. Espalda ancha, alto, ojos azules oscuros, mirada embaucadora, pelo negro sedoso y rizado, labios carnosos, jugosos, que piden a gritos un beso con pasión y entonces sueñas con el desnudo en la cama y ....- suspiro y se dio cuenta que lo dijo en voz alta, se acababa de confesar.- Joder no me miréis así, una está necesitada y no es de piedra.
- Nena, es la primera vez que te escucho hablar así, ni en tu adolescencia con Ángel lo decías con tal pasión.
- Anda Angi, no inventes. Lo decía con más.- afirmó molesta.
- No, lo decías con devoción y deseo, pero ahora lo has dicho con pasión e incluso diría que con anhelo o tal vez con lujuria.- matizo con un tono pícaro Angi.
- ¡No me jodas!!. Te juro que como sigas diciendo chorradas no te lo presento.- le advirtió señalando la con el dedo índice.
- Ok, en boca cerrada no entran lenguas.
- ¿No es en boca cerrada, no entran moscas?.- pregunto extrañada Inma.
- Si, pero en la mía, no entran lenguas, besos, deseo y unos grandes etc. ... - Angi dijo en voz alta mientras salía por la puerta de la habitación.
Mientras las chicas desayunaban y hablaban de lo que iban a visitar, Alba estaba pensando en Michael, en su sonrisa perfecta, en el calor que desprendía su cuerpo cuando estaba cerca de ella y en la manera tan original que tuvo para romper el hielo y en ese momento cortó la conversación de sus amigas.
- Chicas. Necesito que seáis sinceras conmigo.- todas callaron, le prestaron atención y asintieron.- Lo de Michael, ¿es una encerrona?.
- ¿Una qué???.- preguntaron todas al unísono.
- A ver. Os acordáis cuando contratamos al gigoló para mí hermana cuando nos enteramos que su novio le ponía los cuernos.
- Para olvidarlo. Cuando se enteró pensaba que nos iba a matar pero que va, preguntó la tarifa.- todas rieron.- De verdad, ¿estás pensando que te hemos hecho una encerrona como esa? .- preguntó anonadada Angi.- ¿Nos crees capaces de hacer algo así, Alba???, ¿Cuántos años hace que no nos vemos, cinco??. Lo que menos me apetece es meterte un tío por los ojos y que desaparezcas, tengo ganas de esto. Nuestras charlas, tonterías y risas. ¿Cómo se te ha pasado eso por la cabeza? .- todas la miraban con tristeza.
- Lo siento.- negó con la cabeza.- Pero no sé porque me mosqueo una historia que me contó.
- Pues cuéntala, a lo mejor podemos deducir porque te lo contó.- Sonó la voz de Inma casi en susurros.
- Sobre todo tú.- dijo Vane riendo e Inma le hizo una mirada retadora.
- A ver. Me contó que cuando estaba moribundo un hombre le dijo que su media naranja tendría tatuada su inicial en la muñeca.- ella enseñó su tatuaje.
- Pero lo tuyo es una A y él se llama Michael, ¿No?.- sonó un pequeño chillido de la voz de Inma.
- Y por esto, no puedes deducir nada.- aplaudió Vane mientras se reía.
- Tú eres una mal follada y en tu casa no lo saben.- le espeto Inma.- Ayer cuando estábamos vomitando se quitó el chaquetón y se arremango las mangas, seguro que él vio el tatuaje y dedujo que sería una inicial. No perdía nada si no coincidía.- le escupió a Vane.
- Touche. Buena deducción. Me quito el sombrero y te pido disculpas.- expresó Vane mientras hacía los gestos de quitarse el sombrero.
- No lo había pensado. Pero tienes razón.- le dijo Alba.
- Claro que tengo razón aunque la patán está.- señaló a Vane.- Quiera hacerme creer que soy tonta.- tomó un sorbo de café y le saco la lengua.
- No lo eres porque no practicas.- ahora fue ella quién le sacó la lengua.
- De verdad. Os quedasteis en el instituto o qué.- dijo Angi.- Por esto me mudé, porque no os soporto.- todas rieron.
Esos momentos con sus amigas eran únicos, eran especiales y efectivamente, no estaba pensando en Ángel ni lo estaba pasando mal en el día de todos los santos, tantos años intentando salir del pozo sin fondo siendo esas tres locas su salvavidas y jamás fue capaz de abrazarse a ella para que la sacaran de allí, porque había esperado tanto tiempo.
- ¿Nos ponemos en marcha?.- se levantó Alba y se puso la chaqueta.
- ¿Tú has quedado con alguien? .- entrecerró los ojos en plan acusatorio Angi.- ¿Qué nos ocultas?.
- No, bueno, no sé.- titubeo Alba.
- No o no se.- expuso Inma.
- A ver, le dije que iríamos al castillo y me dijo que intentaría ir y conoceros.
- Joder, ¿nos quiere conocer??? Que sepas que cuando lo haga huye.- advirtió Angi.
- Uff no me lo recuerdes.- rio y empezó andar dirección al exterior.
Todas miraron el pequeño coche que Angi había alquilado para los días en la isla, ¿de verdad cabrían las cuatro allí dentro?. Se jugaron los sitios del coche, aunque el de conductor tenia nombre propio, Angi era la única que sabia conducir por la izquierda. Una vez dentro del coche, se pusieron en marcha dirección al castillo de Brodick y a Alba le entraron los nervios como si volviera a ser una adolescente, la única diferencia era que Ángel no era su posible cita, sino un escocés llamado Michael.
Se frotaba las manos intentando quitarse el sudor de estás en sus mallas térmicas. Se quitó mil veces el anillo de pedida y lo cambio de dedo, una y otra vez, giraba la alianza de boda, miraba su tatuaje y pensaba porque en vez de Michael no se llamaba Anthony o Angust o algo que empezará con A, incluso llegó a pensar que porque se tatuó una A y no una M y en ese momento movió su cabeza diciendo que no, ya que ese tatuaje era un recuerdo de su gran amor.
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Tú eres Alba
RomanceDespués de casarse con su amor platónico todo cambia de la noche a la mañana y no le apetece que nadie mas ocupe su lugar. En un breve espacio tiempo conoce a dos hombres que le atraerán, pero ¿Alguno de ellos podrá hacerle olvidar a su primer amor...