<<Dos días sin hablar con Alistair>> pensaba Alba mientras lo veía entrenar con sus hombres y suspiraba.
Por la mañana estuvo conversando con Caillic, era una joven risueña y cariñosa y como todos en el castillo guardaban su opinión sobre todo lo que le había ocurrido a su señor, eso si, le guardaban una gran lealtad.
Después de la comida Kendrick se acercó para ver cómo iban sus golpes y el tobillo. Según le dijo, la recuperación iba mejor de lo que pensaba pero que tenía que estar dos días más en cama. Si el supiera que por las noches se paseaba por el castillo sin ser vista, su señor la ataría en la cama o aún peor, ¿la encerrará en las mazmorras?.
Estaba desesperada no solo de estar atrapada en cuatro paredes sino de no saber qué narices había dicho o hecho para que Alistair no se acercara a sus aposentos, ya no hablaba con ella no le hacia sentir la estancia en el castillo más amena y eso le dolía en el alma.
A la hora de la cena tan solo acudió Maisie y viendo que o hacía algo o el no iría por su propio pie, decidió sacarlo de sus casillas.
- Maisie, serías tan amable de decirle al padre Anthony que venga a conversar conmigo.
- Señora. No se si sería buena idea y el señor no lo permitiría.
- Necesito confesarme y no puedo ir yo, deberá venir el. ¿No crees? .- Maisie asintió.- Lo necesitó.- sonó a suplica.
Maisie salió de la habitación y minutos después entró junto al padre.
- Buenos noches hija. La señora Calahn me ha dicho...
- Padre.- dijo en español.- Estoy desesperada.
- Quieres huir.- se acercó a ella y le cogió de las manos.
- No padre, no quiero huir.
- Entonces, ¿quieres confesarte?.
- Ese es el problema padre. Le abrí mi corazón al señor y desde ese día no sé de él. Los días se me hacen eternos sin su presencia.
- Hija, en temas del amor no soy quien para ayudar. Recuerda que tengo celibato.- rio.
- El no cree lo que le he contado. Y lo entiendo, porque la verdad es que sí guardo un secreto, pero si lo cuento... pensaran que estoy loca o soy una bruja.
- Hija. ¿Qué has hecho? - se tapó la boca con sus manos y se santiguó.
Alba se acercó al padre y en susurros le contó la verdad sin percatarse que Maisie salió de la habitación con urgencia en busca del señor.
- Nací en el año mil novecientos setenta y ocho. Estaba de viaje con unas amigas por Escocia cuando nuestro coche chocó con algo. Caí por una pequeña pendiente o terraplén y cuando desperté lo hice en este año, en este siglo.- se le quebró la voz.
- El padre se rascó la cabeza y sorprendido por la confesión, se alejó de ella.
- Hija, estás segura de lo que dices o son efectos del golpe.- señalo desconcertado su cabeza.
- Cronwell derrocara al rey en unos años y creará una mancomunidad aunque en escocia reinará su hijo. Lo capturaran, el se escapara pero lo ejecutarán después. La única ayuda que tendrá Escocia será española.- dijo con tristeza.
- No puede ser.- alzó la voz y negó con la cabeza.- Hija, si es cierto nadie debe saberlo. Tú vida correría peligro.
- Lo sé padre pero necesitaba desahogarme. No sé cómo puedo regresar y sinceramente no sé si quiero volver.
En ese momento la puerta se abrió de golpe y Alba se asustó al ver frente a ella a un enfadado Alistair.
- ¿Qué haces aquí?.- le gritó al padre.
- La señora necesitaba confesarse.
- Por fin ha admitido que es una espía española como dice o realmente es una espía de Cronwell.- gruñó.
- Señor, la confesión siempre es en secreto y no puedo...
- Está bajo mi techo y mi protección he de saberlo.- ordenó gritando fuera de sí.
Tras de él estaba la señora Maisie y Bryson viendo cómo a cada segundo su señor perdía más los nervios.
- Señor, no puedo revelarle lo que ella me haya confesado.- volvió a insistir.
- Soy tu señor y es una orden.- la furia cada vez era más evidente.
- Si lo que quiere saber es si es una espía. No, no lo es. Es española y todo lo que me ha confesado creo y según me ha hecho entender se lo confesó antes a usted.- se giró a Alba y seriamente le dijo en susurros para que nadie lo escuchara.- Su plan ha salido bien, quería que él viniera a verle y así ha sido.
Y dándole la espalda a todos los presentes el padre salió de la estancia.
- Que has estado hablando con él.- señaló furioso a la puerta.
- Que llevo dos días sin saber de ti, sin tu compañía y sin saber que hice o dije para que dejaras de venir aquí.- gritó ella mientras se intentaba levantar de la cama.
- Creo que deberías hablar a solas.- dijo Bryson y Maisie salió de la habitación.
- Ni se te ocurra salir de aquí.- le ordenó.
- Esta guerra es solo tuya primo. O la ganas o la pierdes. Deja de ser un cobarde.
Y sin decir nada más, Alistair salió de la habitación a grandes zancadas cerrando de un portazo sin dar más explicaciones y huyendo como un cobarde.
- Lo siento Alba, él...
- Ahora lo entiendo, tiene una lucha interna y solo él puede ganar o perder esa guerra.- le cortó.- Lo mejor es que me recupere y me aleje pronto de estas tierras.- se sentó en la cama y miró al otro lado.- Si no te importa, quiero descansar.
Bryson abrió la puerta y antes de cerrarla tras de sí le aconsejó.
- Dale tiempo. El es un guerrero y gana todas sus batallas y está está siendo la más complicada. Descansa. Buenas noches.
Y sin decir nada más, cerró la puerta y lleno de ira se dirigió a la biblioteca donde sabia perfectamente que su primo estaría allí esperándola a ella.
- Maldito cabezota. La estás alejando de tu lado.- le gritó fuera de sí.
- Ella se quiere ir. Eso es lo que le estaba diciendo. No sabe cómo regresar.- se levantó del butacón y estampó el vaso de uisge contra el fuego.
- También ha dicho que no sabe si quiere volver. Te recuerdo que ambos aprendimos español de la nodriza que contrató tú padre, así que por favor, sé sincero contigo mismo y no omitas información. ¿No te das cuenta que ella también tiene sus dudas?. Maldita sea primo, ella no es Yvaine.
- No la nombres.- dijo enfurecido entre dientes.
- Si no sientes nada por ella, ¿por qué has venido a la biblioteca? Lleváis dos días sin veros, sin hablaros, sin sentir su cercanía y la única manera que tienes de frenar las ganas de tenerla cerca es venir aquí y esperarla escondido. Tú no te das cuenta del error que cometes.- gritó.
Alistair miraba el fuego, poco a poco se iba tranquilizando y casi sin fuerzas se confesó.
- Si se va, creo que no podría salir de ese infierno. Jamás me he sentido así por una mujer y tengo miedo a su rechazo.
- Primo, ella ha sido sincera. Ha dicho que no sabe si irse. Por qué no lo intentas.
- Porque si fracaso...
- Deja de pensar que vas a fracasar, se el guerrero que eres y lucha como solo tú sabes, pero por ella y no contra ti mismo.- le tocó la espalda con cariño.- Esta guerra es solo tuya, decide si la ganas por ella o la pierdes por ti mismo.- y se marchó de la biblioteca dejándolo solo con sus pensamientos.
Alistair miraba al fuego pensando en lo que le había dicho su primo, su amigo y su hombre de confianza. Ella había confesado que tenía dudas, que no sabía si quería volver y él en vez de luchar por esa pequeña esperanza se alejaba de ella y le dolía lo mismo o más.
<< Que debo hacer>> pensó.
Se sirvió un uisge y se sentó en el butacón esperando que ella fuera como las noches anteriores.
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Tú eres Alba
RomanceDespués de casarse con su amor platónico todo cambia de la noche a la mañana y no le apetece que nadie mas ocupe su lugar. En un breve espacio tiempo conoce a dos hombres que le atraerán, pero ¿Alguno de ellos podrá hacerle olvidar a su primer amor...